CAPÍTULO 53 - POR: Isabella Johnson.

229 17 3
                                    

—Iba a mandártela anoche pero pensé que es mejor que te acompañe, así estaré más tranquilo si me cercioro que te hagan todos los análisis.

—Como si tuviera posibilidad de saltarme alguno —le respondo estrujándome los ojos para terminar de despertar.

—Por si las dudas prefiero estar ahí, alístate, ¡pasó por ti en treinta minutos!

—¿Has visto alguna vez a una mujer que sea capaz de estar lista en tan solo treinta minutos? —le pregunto sacando los pies de la cama.

—Está bien, ¡que sean cuarenta! —me concede riendo.

—Ok, ¡te dejo entonces!, porque en el ritual matutino cada segundo cuenta.

—Te llamo cuando esté ahí —me dice colgando la llamada.

Me levanto a toda prisa y quizá porque anoche devolví todo lo que tenía en el estómago, hoy no tengo el menor malestar, me ducho y me alisto tan rápido como puedo y salgo a la sala; Rose está seria revisando el teléfono pero cambia de semblante en cuanto me ve, sonriendo me pregunta.

—¿Qué quería Patrick?

—Tenemos que regresar al hotel que está afuera de la ciudad y como está de camino, decidió pasar por mí —le miento, no queriendo preocuparla porque es capaz de querer ir con nosotros.

—¿No terminaron ayer?

—No, nos faltó una zona.

—Um... qué amable es en venir por ti —dice levantando una ceja y bajando un poco sus lentes, pero sin dejar de lado su tono sugerente.

—Sí, la verdad es que es muy amable conmigo, pero según me dijo es por encomienda de su hermano.

—¿De Benjamín?, ¿has hablado con él?

—Sí, un día de estos llamó a Patrick y estábamos revisando unos planos, aproveché a saludarlo —le cuento.

—Dile que le mando saludos cuando vuelvas a hablar con él —me pide—. Pero se me hace extraño que Patrick sea tan amable así porque sí —agrega.

—Hay gente que trae en la sangre, ¡ser amables! —le respondo.

—¡Ajá...! —acepta riendo.

—¿Tan temprano te has puesto a trabajar? —le pregunto intentando desviar el tema de Patrick, no quiero que comience a ver corazones rosas en donde no los hay.

—Sí, en la tarde voy a salir con Eduardo y quiero avanzar, ¿sabes si van a regresar temprano? —quiere saber.

—¡No sé aún!, depende de que tanto avancemos, ayer regresamos después de mediodía, por la reunión que te conté que teníamos con los proveedores, pero para hoy no tenemos compromisos en la tarde.

—No pases por alto comer, sino cuando veamos a tu mamá, va a decir que te estoy matando de hambre —me dice poniendo los ojos en blanco.

—Si por mamá fuera le gustaría tenerme tan gordita como está Charlie —le respondo riendo y recordando a ese hermoso trocito corriendo por el jardín.

—Te mirarías adorable con los cachetitos así de gorditos y rosados —me hace burla agarrando sus propias mejillas, me suena el teléfono y es Patrick, respondo de inmediato.

—¿Llegaste? —le pregunto tomando mi bolso.

—Sí, Uber en posición —me responde.

—Ok. Ahorita bajo —le hago saber y luego riendo digo a Rose—. Llegó mi chofer.

—Um... ¡con un chofer así de bueno!, me animo a ir hasta el fin del mundo con él conduciendo —comenta espiando por la ventana—. Dile que le mando saludos y pídele que un día de estos suba a saludar.

El DESTINO Y SUS JUEGOS - TRUCO O CASUALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora