CAPÍTULO 36 - POR: Alexander Black.

76 12 0
                                    

—¿Y qué si lo intentamos?, ¿estás seguro de que no hay consecuencias, de lo que según tú hicieron inconscientes? —Me pregunta mirándome con ojos anegados en lágrimas—. ¿O vas a salirme con que serás padre por cuotas y fines de semana?, ¡o peor aún! —Agrega con sarcasmo—. Podrías haberte contagiado con alguna enfermedad.

Me quedo callado ante la certeza de sus palabras, ya que en mi mente era con ella con quien estaba, ninguna necesidad de protección había, y ahora que lo pienso, con una enfermedad de por medio las cosas serían peor, aunque un hijo no deseado, ¡tampoco es ganancia!

Por lo que veo Isabella tuvo que enterarse de alguna forma sobre el embarazo de Eliana, ¡y solo quiere que se lo confiese!, y sí, ¡tiene razón!, ¿qué hay de malo, si no puedo ser un papá a tiempo completo de mi hijo?, ¡él podrá contar conmigo siempre que me necesite!, lo único que pido es que ella no me deje.

—Respóndeme ¡Alexander! —Demanda con histeria—. ¡Dime que se cuidaron, dime que no hay consecuencias que los ate de por vida! —suplica sin parar de llorar.

—¡Perdóname por favor! —Le suplico ahora yo, cayendo de rodillas a sus pies y abrazando sus caderas—. ¡Te amo!, quiero que comprendas eso y que nunca te habría sido infiel, ¡Eres lo mejor que me ha pasado en la vida!, ¡no me dejes! —le suplico sin saber que más hacer.

—Eso quiere decir ¿qué si hay consecuencias? —me pregunta alzando mi cabeza para que la vea, y el dolor reflejado en sus ojitos quebrantan aún más mi sentir.

—¡Eliana está embarazada! —acepto sintiendo el pánico latente en todo mi ser.

—¿Y para eso querías verme?, ¿para decirme a la cara que vas a tener un hijo con otra mujer? —me pregunta alejándose de mí y llorando con más sentimiento. Sus lágrimas son como baleros de acero que penetran de golpe en mi corazón.

—Tú eres lo más importante para mí en el mundo, ¡por favor créeme! —Le pido poniéndome en pie y yendo hasta adonde ella, la abrazo y por fortuna no me rechaza y se recuesta en mi pecho—. Te amo mi amor, ¡eres la única mujer que quiero en mi vida! —le aseguro apretándola contra mí.

—¿Y el bebé qué? —me pregunta con vos entrecortada por el llanto.

—Buscaremos una solución, ¡pero no puedo perderte! —le digo suspirando para llenar mis sentidos con su aroma.

—¿Cuál según tú? —Me pregunta levantando el rostro para verme—. ¿Ser padre por medio de cuotas que pasarías a Eliana para qué críe sola al niño?, O ¿Pelear y quitarle la custodia?, separando a madre e hijo —supone.

—¡Nunca lo separaría de su mamá! —le respondo de inmediato—. Buscaremos una alternativa en la que el bebé esté bien, ¡en dónde todos lo estemos!

—¿Cuál sería esa alternativa?, dime, ¿cuál es?, ¡porque me estoy muriendo de tristeza! —Me confiesa sin contener la intensidad de su llanto—. ¡Te amo tanto Alexander!, pero te advertí que no podría compartirte —Me recuerda rompiendo mis esperanzas—. No soportaría verte en una relación tan íntima con otra mujer, ¡ni aunque sea por el bien de ese niño!

—No me compartirás amor, ¡soy tuyo y siempre lo seré!, con ella solo trataría por el niño —le aseguro.

—¿Y ella que opina al respecto? —me pregunta gimoteando.

—No nos hemos puesto de acuerdo aún —le confieso—. Primero tenía que hablar contigo y pedirte perdón.

—Hablar para qué, ¿para saber si estoy dispuesta a compartirte con ellos? —Me pregunta enojada—. ¡Ahora dices que no tendré que hacerlo!, pero ¿qué ocurrirá cuando ella te llame porque al niño le ocurra algo?, ¡te aseguro que saldrás corriendo sea la hora que sea y estemos como estemos! —me casi grita soltándome y viéndome a la cara—. ¿Y sabes que es lo peor? —Cuestiona cruzándose de brazos—. ¡Que tendré que aguantar que lo hagas sin poner peros!, ¡y eso también va a matarme! —concluye secándose los ojos.

El DESTINO Y SUS JUEGOS - TRUCO O CASUALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora