THE CHAMP [Cobra Kai]

14. Decisiones.

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Aún le parecía algo extraño e incómodo estar en el hospital pero, al menos, ya se había acostumbrado al pitido constante de las máquinas a su al rededor. Al menos un poco.

Se había corrido la voz de que había despertado y, aunque aún no podía recibir visitas, seguía recibiendo regalos de sus amigos.

Carmen había estado presente en cada momento que ella pudiera. Le llevaba comida, le hacía compañía y le presentaba los regalos que sus amigos le llevaban a Miguel, tal y como lo estaba haciendo en este momento.

No obstante, Miguel sólo la escuchaba a medias. Su mente aún divagaba entre lo que su sensei le había enseñado y por lo cual estaba en esa posición: mostrar piedad. Aún más importante, lo que ocupaba su cabeza eran los ojos grises que vio apenas despertó, y que no había vuelto a ver. Ni presencialmente, ni a través de un presente.

-... Y esa canasta la trajeron los LaRusso -finalizó su madre-.

Miguel la miró algo extrañado, volviendo al presente, pero luego intentó hablar. Su madre trató de adivinar para que no se esforzara, pero al final las palabras le salieron.

-¿Dónde están el sensei y Leah?

Carmen sabía que tarde o temprano su hijo preguntaría por Johnny, pero sabía que no reaccionaría bien ante lo que ella le diría; así que prefirió desviar la atención hasta que Miguel estuviera un poco más estable.

-Johnny vino un par de veces, pero Leah no ha venido ni ha dejado algo para ti.

Miguel se desanimó por ambas cosas, sobretodo por Harrison. Era evidente que algo había pasado, pero Carmen desconocía. La única pista que tenía era la actitud sutilmente incómoda de Leah cuando ella y Rosa iban a visitarla mientras estaba internada.

-¿Hay algo de lo que quieras hablar?

Miguel se quedó un rato en silencio y luego habló con calma y tristeza.

-Cuando abrí los ojos hace unos días, lo primero que vi fue a ella -Carmen se sorprendió-, pero luego se alejó, llegaron los doctores y no he sabido nada de ella desde entonces.

-Debió ser cuando le dieron el alta.

-¿El alta? -preguntó Miguel extrañado-.

Carmen procedió a explicarle a su hijo sobre la situación de Leah. Miguel cerró los ojos con frustración y luego suspiró.

-Ella estuvo cuando caí por el balcón -explicó Miguel con lástima y su madre le tomó más atención-. Intentó sostenerme, pero escuché un crujido y su mano me soltó. Eso debió se su brazo. Fue mi culpa. Todo es mi culpa.

Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas y su mentón a temblar.

-Miggy -lo llamó su madre con cautela-. No digas eso, mi amor.