7. Lento.

1K 115 1
                                    

__________________________

__________________________

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

__________________________


La experiencia en la repostería es algo que Leah fue aprendiendo con el tiempo, y las galletas con chispas de chocolate eran su plato estrella.

Decidió levantarse temprano para tenerlas listas a media tarde con la intención de poder llevarle a su padre en la visita, cosa que logró. Su madre también la ayudó un poco, pues había tomado sus vacaciones que, en total, serían 2 semanas.

-¡Papá! -exclamó Leah cuando entró a la sala de visitas, corriendo hacia su padre que la recibió con un abrazo-.

-Hola, pequeña -se separó y recibió un beso de su esposa-. Hola, cariño.

Tomaron asiento en una de las mesas y Adam instantáneamente le preguntó cómo estuvo su semana, ya que su esposa e hija eran lo único que lo motivaba cada día, pues eran su mundo.

Sin embargo, Paige le interrumpía preguntando cómo estuvo la suya, pues estar en prisión era más preocupante, pero Adam siempre le decía que no debían angustiarse.

-No pasó mucho esta semana, aunque el almuerzo de ayer estuvo bueno. Aunque no tanto como estas galletas -dijo llevándose una a la boca-. No se preocupen, ya hice buenos compañeros. No les conviene meterse con un doctor -dijo altanero-.

-Sí, ya nos lo dijiste, papá -rodó los ojos-.

-Sí, y sigo sin entender qué tan buenos compañeros son esos -le reprochó Paige-.

-Estoy jugando, cariño -dijo Adam, tomando su mano-, pero podría ser peor. Sólo me tienen algo de respeto porque los ayudo cuando se lesionan en sus peleas banales.

Esa era gran parte de la rutina inicial de la familia durante las visitas, pero luego pasaban a conversar son normalidad. En esta visita en particular, fue cuando le contó a su padre que Tory se había inscrito en karate y que habían conocido a unas amigas.

-¿De karate? -preguntó con el ceño fruncido-.

-Uhm, sólo una -explicó Leah con calma-, su nombre es Aisha, y la otra es Moon, que es novia de un chico de karate. Bueno, ex novia.

Adam la miró suspicaz, pero Leah sólo apretaba sus labios, mirando ambos ojos de su padre que al final terminó acomodándose en el pequeño asiento.

-Bueno, si sólo son amigas, no le veo problema. No mientras no te adentres en ese mundo -la señaló con un dedo, pero no sonaba enfadado-.

Leah vació sus pulmones y se relajó, pues ya había hecho la mitad del trabajo. Sabía que su padre no era esencialmente violento y que jamás la había maltratado, sino todo lo contrario. Siempre fue un padre muy atento y presente en su vida, pero por eso mismo no quería decepcionarlo, pues sabía que Adam era reacio al karate por un problema de su niñez.

THE CHAMP [Cobra Kai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora