23. Palabras Fuertes.

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-¿En serio? -articuló Leah después de quedarse unos segundos pasmada-.

Robby asintió risueño por la expresión dudosa de Harrison.

-Lo venía pensando desde hace un tiempo, pero ayer me decidí -confesó-. Antes de viajar, el sensei Kreese me dijo que me inscribió en mi antigua secundaria, así que entraré después de año nuevo -Leah lo miró con más atención-. También hablamos otras cosas y ayer en navidad visité a mi madre -se cayó un momento por confesar eso-, y ella también me dijo que podría ser bueno.

Era la primera vez que Robby se sinceraba de esa forma con Leah y eso despertó su interés, y también notó que el asunto con su madre aún era algo complicado. Al final asintió con una sonrisa tierna de orgullo.

-Estoy de acuerdo con ella, pero, ¿tendrás lo necesario para estar en Cobra Kai? -preguntó con fingida altanería-.

-Bueno, eso lo veremos -respondió Keene imitando su tono y acercándose-. Digamos que es mi día de prueba.

Leah asintió lentamente.

-Me parece bien.

Antes de que iniciara un contacto visual que podría terminar en otro beso, Leah carraspeó.

-Bien, tengo que ir a cambiarme. Los demás llegarán pronto.

-Claro -asintió Robby y Leah salió de la habitación-.

Apenas entró a los camarines, una Tory ya vestida abrió una de las puertas y la miró coqueta.

-¿Qué tal estuvo el calentamiento?

Leah rió mientras negaba con la cabeza y entraba al cubículo de al lado, cerrando la puerta.

-¿No me darás los detalles?

-Solo nos besamos.

-"Solo nos besamos" -dijo Tory con ironía, apoyándose en la puerta del cubículo de Leah- Claro. Ayer no te gustaba, hoy fue un beso, ¿qué será mañana?, ¿tu virginidad?

-¡Oye! -se quejó Leah-.

Nichols rió de lado al oírla molesta, pero Harrison se calmó casi al momento.

-Honestamente no sé qué nos pasó. Fue muy rápido, y la verdad no sé si estuvo bien. Digo, ni si quiera sé si le agrado, mucho menos gustarle.

La indiferencia y casi tristeza con la que Leah habló hizo que Tory se replanteara sus palabras y su tono, así que procedió con un poco más de cautela.

-Bueno, yo digo que es imposible que a alguien no le agrades. A menos que su apellido sea LaRusso.

Ambas rieron por eso y luego Harrison recordó que tenía algo que decirle, así que abrió la puerta con su pantalón y chaqueta ya puestos.

THE CHAMP [Cobra Kai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora