THE CHAMP [Cobra Kai]

40. Parque Acuático.

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Leah y Tory se fueron juntas hacia el parque acuático, donde se encontrarían con el resto de los chicos de Cobra Kai. Por supuesto, Robby también fue invitado, pero llegaría un poco tarde porque debía conversar con su madre antes.

La mayoría de los chicos de Cobra Kai ya habían llegado cuando las chicas se adentraron al parque, así que todos las saludaron cálidamente, sobretodo a Leah, a quien no veían desde la fiesta después del torneo.

-Tory nos dijo que viajaste con Robby -dijo Kenny después de abrazarla, y fue el único que se acercó de esa forma porque era de los pocos a quien Leah se lo permitía-. ¿Qué tal todo?

Harrison rió con cansancio por la nariz.

-Fue... Peculiar -dijo finalmente-. No era lo que esperábamos en un principio, pero supimos disfrutarlo. Al menos un poco.

El chico la miró con atención y preocupación, pero Leah enseguida lo tranquilizó.

-Pero no te preocupes. México es agradable y conocimos varios lugares -explicaba cada vez con más ánimos para no preocupar al menor-. También nos topamos con una lluvia, pero nos quedamos en un buen hotel con piscina y todo.

-Eso suena bien -exclamó Payne con honestidad y Leah le dio la razón-.

-¿Y tú?, ¿qué tal esta semana?

-¡De lujo! Han abierto nuevos dojos y tenemos nuevos uniformes, equipos...

Kenny sonaba casi igual de emocionado que Tory cuando le contó todo lo que había pasado, y no pudo evitar sentirse disgustada por la manera en que Silver se metía en sus cabezas.

-Aunque el sensei Kreese ya no está -dijo más apenado-.

-Sí, Tory me lo dijo. Es muy extraño.

Kenny asintió ante la postura pensativa de Harrison, pero fueron interrumpidos por Tory que pronto los instó a adentrarse en las piscinas.

Harrison dejó sus cosas en una silla y se quitó la ropa para quedar en su bikini azul. Luego siguió a los chicos hacia los toboganes, quienes hicieron algunas preguntas amistosas sobre su viaje, a las cuales ella respondió con su semblante usual que consistía en respuestas cortas, respetuosas y que no dejaban espacio para continuar una conversación tan elaborada.

Estuvieron largo rato probando los toboganes y todos quedaron empapados, así que algunos decidieron salirse y Leah tomó nota de las mejores atracciones para ir con Robby cuando llegara; aunque no tardó en hacerlo.

Harrison estaba en una silla con sus gafas oscuras y su short sobre su bañador, disfrutando del sol cuando Robby se acercó con cuidado a plantarle un suave beso, el cual Leah respondió con un golpe en su pecho.