62. Capitanes.

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"Por favor, dejar los pasillos libres en caso de emergencia."

El sonido del altavoz hizo que Leah elevara la vista de su teléfono, donde estaba revisando los detalles de su reserva en Barcelona de un departamento para dos personas, el cual compartiría con Tory.

Como si la hubiera llamado con el pensamiento, su amiga salió de la consulta con una nueva bolsa de medicamentos para su madre, aunque ahora se le notaba más animada.

-¿Qué tal te fue? -se puso de pie-.

-Le bajaron la dosis, aunque dijeron que debía seguir tomándolo todo.

-Bueno, es un avance, ¿no?

-Por supuesto.

Sonrientes caminaron hacia el estacionamiento para subirse al vehículo de las Harrison para irse a Miyagi-do y entrenar, pero al llegar al estacionamiento escucharon unos ruidos curiosos.

En medio del silencio del lugar se miraron brevemente entre ellas y Leah acomodó las llaves del vehículo entre sus dedos para armarse de ser necesario, pero al girarse de golpe con los puños arriba no pudieron creer a quién veían.

-Me alegra ver que siguen entrenando -dijo con orgullo John Kreese-.

-¿Qué hace aquí? -preguntó Tory-.

-¿No lo busca la policía? -continuó Leah-.

-No soy tan fácil de atrapar -a diferencia de las chicas extrañadas, él estaba bastante relajado-. Solo vine a ver cómo estaban mis campeonas. ¿Cómo va todo?

-¿Ahora le importa? -habló Harrison irónica y enfadada-. La última vez que lo vi necesitaba su ayuda y al final me dejó sola.

Kreese suspiró pesadamente.

-¿Cuándo entenderás que lo hice para protegerte? -respondió casi con lástima-. Sé que estás enfadada, pero no iba a permitir que siguieras involucrándote después del daño que recibiste.

Las expresiones del adulto casi logran que Leah se creyera sus palabras, aunque él no estaba fingiendo. Genuinamente se preocupaba por su nieta.

-Sé que parecí cruel, pero solo quería protegerte. Y, ahora que estoy afuera, tenemos la oportunidad de domi...

-No, ningún "tenemos" -le interrumpió Leah-.

John volvió a suspirar, pero entonces reparó en el bolso de gimnasia que llevaba Tory y del cual se asomaba el gi con el logo de Miyagi-do.

-Ah, ya veo. No pensé que vería el día en que se unieran al enemigo.

-Son nuestros amigos -intervino Tory-.

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THE CHAMP [Cobra Kai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora