THE CHAMP [Cobra Kai]

48. Algo Pendiente.

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-¿Irás?

-No lo sé, no me siento segura de dejarte, cariño. Mucho menos con todo lo que ha pasado.

-Pero es parte de tu trabajo, mamá -replicó Leah-. La verdad, si no fuera por ti, esa empresa no estaría donde está y te mereces hacer este viaje.

-Pero, ¿y si te pasa algo?, ¿y si Silver te ataca de nuevo? Tal vez debería haber llamado a la policía...

-Mamá -Leah la tomó de las manos-. ¿Recuerdas lo que hablamos? Decidimos no llamar a la policía porque sabemos que solo culpará a los chicos y no se lo merecen.

-Pero es un psicópata y sigue suelto, y...

-Y seguirá así hasta que encontremos la forma de derrotarlo, pero estamos cerca, mamá. Al menos, los chicos ya ganaron un lugar en el Sekai Taikai.

Paige asintió lentamente.

-Me tranquiliza saber que al menos ya no estás sola, cariño -puso su mano en la mejilla de la joven-. Hablando de eso, ¿no dijiste que los chicos harían una fiesta para celebrar?

-Sí -asintió con una sonrisa-. Dijeron que sería en casa de Miguel y Robby al anochecer.

-¿Y vas a ir?

-Uhm, la verdad no lo sé. Me invitaron, pero no estoy segura de ir.

-¿Por qué?

-Es que aún estoy tratando de acostumbrarme a los Miyagi-do -se encogió de hombros-. Además, tampoco participé en la presentación, ni en el combate.

-Pero no habrían podido hacer nada sin ti, y creo que sería bueno que fueras para que te vayas acostumbrando mejor.

Leah rió.

-Lo pensaré.

-Bueno, si no vas a la fiesta, entonces yo tampoco iré a Atlanta.

-¿Qué? Oye, no es justo -se quejó Leah, pero ambas estaban de buen humor-.

-Me sentiría mucho más segura cuando viaje si veo que sigues rodeándote de aquellos que quieren ayudarte, así que sí. He dicho señorita -le señaló y se giró para abandonar la sala-.

Leah suspiró y miró al techo. Su madre siempre se había preocupado por ella y esta vez no era la excepción. Solo quería lo mejor para ella, y tenía una manera adorable de expresarlo en este caso.

-¡Está bieeeen!

-¡Genial! -se asomó por la puerta, dándole a entender a Leah que estaba esperando su respuesta-. Iré a preparar mi maleta, y tú prepárate para la fiesta.

La adolescente rodó los ojos divertida y subió a darse un baño para luego vestirse. Al abrir su armario tenía a la vista la ropa que llevaba usando desde que las clases iniciaron el año anterior, de las cuales la mayoría eran de color negro, rojo o de mezclilla azul oscuro.