THE CHAMP [Cobra Kai]

28. Nuevas Reglas.

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-¡Fórmense! -llamó Kreese, pero al notar que no estaba ninguno de sus dos estudiantes estrellas, le habló a Silver- Ve por Keene.

Terry asintió y se fue hacia la sala de entrenamiento, mientras John se le acercaba a Nichols.

-¿Y Harrison?

-Creo que fue a la sala, pero... -miró hacia donde iba el otro sensei-. Yo no iría ahí si fuera usted -exclamó, pero Silver la ignoró-.

Atravesó la puerta y se encontró con Leah y Robby besándose a mitad de la sala como si su vida dependiera de ello, con sus cuerpos tan pegados como si quisieran fusionarse en uno.

Su mandíbula casi se cae de la impresión y sus ojos casi se salen de sus cuencas, pero enseguida sacudió su cabeza y se recompuso. Carraspeó fuertemente y los chicos se separaron.

-La clase ya va a comenzar -dijo con elocuencia intentando contener la risa, aunque se notaba que estaba feliz-.

Leah se sonrojó hasta las orejas y bajó la cabeza.

-S-Sí, sensei -salió a paso veloz sin atreverse a mirar al sensei.

Keene suspiró pesadamente mientras caminaba incómodo, y no solo por la mirada pícara de Silver, sino por algo que había despertado en su entrepierna.

Leah se formó en primera fila mientras respiraba hondo para bajar su temperatura y evitaba a toda costa mirar a Kreese, quien la miraba curioso por el rubor. Robby se formó a su lado con calma, aunque se mantuvo tranquilo para tratar de bajar su erección y que no se notara demasiado.

Silver llegó detrás de los chicos y apoyó una mano en el hombro de Kreese con simpatía.

-¡Bien! Ya estamos todos -exclamó Silver y miró a Kreese-. Comencemos.

***

Leah agradecía que la clase hubiera distraído sus pensamientos, pero aún se moría de vergüenza porque el sensei Silver la hubiera visto besándose con Robby, aunque, al menos, solo estaban abrazados y sus manos no estaban en ningún lugar sugerente.

Cuando Robby le preguntó si quería ser su novia, ella sonrió de oreja a oreja y le plantó un beso corto. Como si eso no hubiese sido suficiente, al separarse le dijo claramente "Sí", y fue entonces cuando Robby sonrió abiertamente y la besó. La tomó por la cintura y Leah lo tomó por el cuello, pero no tardaron en unir sus cuerpos con ansias, y fue cuando Silver los descubrió.

-¿Ya te vas?

Leah asintió ante la pregunta de Robby.

-No creo que pueda volver a mirar al sensei Silver a la cara.