CAPÍTULO 10

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Londres, Inglaterra
Hotel The Ritz, Habitación de Chloe Bourgeois
Dos Semanas Después

Había llegado el momento. Al fin su plan se iba a poner en marcha. Tanto su madre cómo la cocinera y las asistentes se habían marchado.

Chloe Bourgeois había arreglado su maleta y se había vestido cómo una empleada del hotel que venía a darles comida a los huéspedes y había escondido su amplia mochila debajo del carrito y para verse aún más diferente se había soltado el cabello y no se había maquillado. La razón para vestirse cómo una empleada del servicio es porque sabía de primera mano que esas personas eran invisibles para personas de alto nivel social. Chloe tenia que reconocer que nunca había diferenciado a los empleados del hotel y que apenas podía recordar a Jean Armand y eso es porque habían interactuado un poco más.

Pero ahora debía continuar con el plan porque no podía permitirse perder una oportunidad tan buena cómo esa.

Salió del hotel llevando todo eso y tal cómo se lo imagino la gente la ignoraba y no se daba cuenta de su existencia. Durante esas dos semanas había empezado a estudiar el panorama del hotel, las salidas de emergencia y del servicio.

Llegó a un lugar con muchas escaleras no sin antes dejar la mesa rodante qué servía para llevar la comida a la habitación. No le gustaba está parte del plan pues sería muy cansado bajar las escaleras sobre todo por el peso que llevaba, pero no podía permitirse ir por el elevador para evitar ser grabada en las cámaras de seguridad.

Le tomó unos quince minutos y al fin pudo salir por la puerta del servicio del hotel. De ahí fue hacía un basurero enorme para poder empezar a cambiarse de ropa sin que nadie la viera. Está parte tampoco le gustaba, pero no podía hacerlo en un baño público porque habría testigos del cambio de imagen así que por más asqueroso qué fuera esa era la mejor opción.

Terminó de ponerse ropa sencilla (era la primera vez que se ponía ropa común),amarró su cabello, se puso la peluca con pelo natural (algo que agradecía para que cuando fuera al aeropuerto no llamará demasiado la atención) las lentecillas de color marrón y una vez visto su reflejo en un espejo compacto de su bolso decidió que ya era hora de marcharse al aeropuerto y tomar el primer vuelo que fuera a salir.

Con su mochila en las espaldas estaba empezando a pensar que acento debería utilizar y que historia debería inventar por si le preguntaban su vida las personas ya que no podría evitarlas todo el tiempo.

Siguió caminando en Londres y de vez en cuando buscaba en su celular la dirección adecuada. De pronto llegó a una parada de esos autobuses grandes  rojos en el cual decidió irse para llegar al aeropuerto. Su madre nunca se esperaría que tomará un autobus y de todas formas era un último capricho antes de irse del país para siempre... Bueno, quizá eso era exagerado y viniera algún día a hacer una visita, pero no sería pronto de eso estaba segura.

Casi dos horas después estaba llegando finalmente al aeropuerto. Estaba agotada, pero satisfecha porque muy pronto tendría su ansiada libertad. Fue hasta dónde se encontraba una de las señoritas atendiendo para dar los boletos de avión (la qué tenía menos personas) y estuvo esperando con algo de impaciencia para finalmente tener su turno. Si estuviera en otras circunstancias habría tomado vuelo privado o habría comprado el boleto por Internet, pero en estás circunstancias era mejor así.

- Buenas tardes señorita.. A dónde desea ir. - Le dijo la muchacha con acento escoses.

- Pues verá no tengo destino fijo.. Soy una turista qué está viajando por todos los lugares del mundo que pueda y que el vuelo no sea muy caro... Éste es mi año sabático porque el próximo entraré a la universidad y quisiera vivir experiencias interesantes antes de tener que centrarme. - Le dijo Chloe con acento americano.

El esplendor de Chloe Bourgeois Donde viven las historias. Descúbrelo ahora