35. Contigo sí

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—...con la expansión que Bastian hará en la clínica, todo va a mejorar. Ya me urge trabajar.

—¿La qué?

La cara de Emely se pone pálida, la confusión se apodera de mí he intento que no se me note.

¿Expansión? Bastian no me ha hablado de eso.

—¿"La expansión"?—repito.

—Si—Confirma, confundida—Ya sabes. Bastian piensa asociarse con más doctores para expandir la clínica.

—Yo... no lo sabía.

Parece que se da cuenta de lo que acaba de pasar, porque abre mucho los ojos.

—Aliza... yo no sabía que tú no... sabías.

Trago grueso y niego con la cabeza. Tiene que haber una explicación. Pero ¿porqué ella lo sabía y yo no?

Niego con la cabeza y suspiro, sonriendo con pocas ganas.

—No, no te preocupes—le resto importancia—Seguro lo olvidó. ¿Hace cuanto te lo dijo?

Parece dudar al decírmelo, se aclara la garganta y se retuerce los dedos.

—Hace como mes y medio.

Intento que no se note que me pica la nariz.

Yo también me aclaro la garganta, varias veces. El ambiente se ha tornado tenso. Pero me rasco la nariz y justo entra Bastian con Samantha.

Bastian trae a la niña subida en los hombros, ambos vienen muy abrigados y ella se viene comiendo una paleta mientras él la sujeta de las piernitas.

—¡Hada Madlina, te tlaje paleta!

La tomo de los hombros de Bastian y Emely alterna mirada entre él y yo, como si se sintiera culpable. Pero yo niego ligeramente con la cabeza y comienzo a jugar con Samantha, como si nada.

Emely le dice algo a Bastian, pero yo estoy muy ocupada poniendo el vestido a Marie.

Cuando llega la hora de irnos, Samantha ya tiene que dormir, así que Emely la arropa y Bastian le da un beso. Yo también le doy un beso y nos marchamos.

Ya está comenzando a caer nieve, y aunque la carretera no está tan lisa, Bastian maneja muy despacio y sin música puesta.

Creo que Bastian nota que algo no va bien, pero no dice nada. Yo me pongo a revisar mensajes en mi celular, entre ellos hay unos de mis padres, de Liam y de Alara. Cuando entro a Instagram, veo una solicitud de mensaje.

No puede ser posible.

Estoy segura de que me pongo pálida cuando leo el remitente del mensaje que acaba de entrarme a solicitudes de Instagram. Mis dedos comienzan a temblar y trago grueso.

No es cierto ¿verdad?

—¿Todo bien?—la voz de Bastian me hace dar un brinquito y me salgo de Instagram de inmediato.

—Si—sueno tosca, me aclaro la garganta y trato de disimular mientras borro la aplicación —Solo que creo que estoy nerviosa.

—¿Porqué?

Bastian me da miradas fugaces, pero yo estoy temblando.

—La carretera está muy lisa.

—¿Sólo eso?—pregunta, con el ceño fruncido.

—Bueno y mañana se vence la licencia, lo que quiere decir que tengo que regresar a la clínica.

—Tienes más de medio año trabajando ahí y resulta que ahora te pones nerviosa.

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⏰ Última actualización: Aug 06 ⏰

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