1. Ojos de mi Perdición

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Dicen que todo esfuerzo vale la pena. Pues desde que comencé mis estudios de enfermería me he esforzado lo que puedo y hasta más en ser una profesional que pueda ayudar a las personas con su vocación.

Puedo decir que estoy orgullosa de mis logros, y más ahora que me han llamado para trabajar en una de las mejores clínicas que tiene este país. La Clínica Del doctor Sebastián Steward, un doctor de unos 60 años, muy bueno y querido por la gente.

Mi primer día de trabajo será mañana y aunque no quiera, estoy demasiado nerviosa. Hace dos meses que estoy buscando trabajo en ésta ciudad, ya que me independicé mucho antes de graduarme en una universidad que no queda muy lejos de aquí y tengo mi propio apartamento —Que conseguí gracias a todos los trabajos a tiempo parcial que tenia mientras estudiaba y a una pequeeeña ayudadita de mis padres—. Ajá... pequeña.

Sé que no debo sentirme nerviosa, ya que por lo bueno que he escuchado del doctor Steward, es una persona súper amable y de gran corazón.

Como no puedo dormir enciendo la lamparita de noche que hay a un lado de mi cama y me pongo a leer un libro de Misterio. Leer es una costumbre que adopté mientras estudiaba, aunque aveces no tenia nada de tiempo libre por las montañas de tarea que me dejaban, cada vez que podía devoraba tantos libros como se me permitía.

Mis amigos decían que era rara, ya que ellos disfrutaban sus noches de viernes saliendo a beber o a fiestas que acababan en una mañana de resaca espectacular, o bien iban a "divertirse" con sus parejas.

Yo también salía con ellos, claro que sí, no era una antisocial, pero cuando me sentía demasiado cansada prefería quedarme en casita leyendo el libro en el que estuviera clavada en ese momento.

También tuve parejas, al igual que ellos, pero nunca nada serio ni duradero, era algo que no pasaba de tres meses. Por lo que ni siquiera llegué a tener intimidad con nadie.

La virginidad me acompaña.

Me sumerjo un rato en el libro, pero lo guardo cuando siento el sueño abrazarme. Tomo mi celular para poner la alarma y me voy de este mundo cuando miro la hora: 2:00.am.

Las tres horas que voy a dormir no me van a rendir para nada, ¿como se regresa el tiempo?

No me queda otra que acostarme y dormirme, sabiendo que me voy a levantar con los ojos hirviendo.

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La alarma me martillea los oídos. La apago y me levanto rumbo a la ducha. Me baño con agua tibia y no puedo dejar de pensar en los nervios que me da llegar a un lugar con gente nueva. Eso de encajar en lugares nuevos nunca se me ha dado bien.

La Clínica del Deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora