Bastian
______________________
Los días pasan y me siento desesperado y ansioso por lo resultados. En estos días no me siento como yo mismo y no me gusta para nada.
Casi no me concentro en el trabajo y cuando no estoy en la clínica, trato de dormir o mantenerme ocupado para evitar pensar.
He retomado mi rutina de ir a correr, la había dejado de lado porque ya no me sentía tan ansioso, pero está de más decir que ahora sí.
Sé que me voy a levantar y Aliza tiene razón al decirme que no tengo que aferrarme a nadie, pero no puedo dejar de hacerlo y no me imagino una vida sin ella.
Puedo vivir sin ella, pero no quiero hacerlo.
Es muy loco, pero entre nosotros todo comenzó con un salto de locura.
Hace muchos días que quiero pedirle algo, pero no sé cómo vaya a tomarlo ni sé si ella vaya a querer.
No sé si sea muy pronto y me asusta ir muy rápido, pero yo nunca había estado en una relación y no sé si hay un tiempo estipulado para eso.
Yo solo sé que la amo y me nace pedírselo, no me importa si es muy antes o muy después, pero desde mi punto de vista, en el amor no manda nadie más que el corazón, y mi corazón me dice que lo haga.
Volteo a verla, está sentada frente al espejo, arreglándose para el cumpleaños de Liam.
Se arregla las sombras de los ojos y se retoca el labial.
Como si no supiera que en menos de cinco minutos se lo voy a destrozar.
Se mira hermosa. Y es que ella es preciosa maquillada o no.
Es preciosa mientras se arregla, mientras toma una ducha, mientras come o mientras duerme sobre mi pecho.
Es una Diosa de carne y hueso y representación de la pura belleza.
Verla con Samantha en brazos me encanta demasiado. Me encanta verla convivir con ella y tratarla como si fuera suya.
Amo que ame a mí hija, como si fuera suya.
La he imaginado embarazada miles de veces y me emociono de solo pensarlo. Me imagino una mini versión de alguno de los dos. Aunque si yo tuviera una niña que se pareciera a Aliza, en su adolescencia viviría cuidándola.
Y no sé todavía lo que me espera con Samantha.
También me la imagino acompañándome mientras crio a Samantha y sonrío al pensarlo.
Me termino de poner los zapatos y camino hacia ella que se está colocando un collar.
Paso mis dedos por su cuello y aspiro su olor, cerrando los ojos y dejando un beso tras su oreja.
-Que guapo, doctor Bastian. Le queda bien el negro.
-Y tú te ves bien sin nada.
Bajo el tirante de su vestido. Lleva uno corto y de color rojo, ese color me exita no se porqué, pero es como un elixir.
La tela se pega a su cadera y el escote me deja ver sus redondos y deliciosos pechos que tanto me encanta chupar.
ESTÁS LEYENDO
La Clínica del Deseo
Romance¿Qué pasa cuando tu sueño desde niña se cumple? Después de cumplir tu propósito, te das cuenta de que te quedaste sin uno en específico. Éste es el caso de Aliza, que se convirtió en enfermera después de años de estudio. Entrar a trabajar a una clí...