13. Cómplices.

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Abro mis ojos, todo está a oscuras, siento algo duro pero cálido que me sostiene, es Bastian, intento moverme, no aguanto las ganas de ir al baño

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Abro mis ojos, todo está a oscuras, siento algo duro pero cálido que me sostiene, es Bastian, intento moverme, no aguanto las ganas de ir al baño.

De pronto todos los recuerdos vienen a mi cabeza. Hice el amor con Bastian 2 veces, mi primera vez en la bañera y la segunda en su cama.

Aún no olvido todas las atenciones que tuvo antes, durante y después de que lo hiciéramos, me preguntó varias veces si estaba segura, fue dulce y paciente, fuimos al ritmo que yo lo aguantara y no me presionó en ningún momento.

Incluso cuando salimos corriendo de la bañera dudó cuando se dió cuenta de que iba a volver a pasar.

Recuerdo que me quedé dormida inmediatamente después ya que estaba demasiado agotada, nisiquiera me vestí. Pero siento que tengo algo puesto, como una camisa grande.

Me remuevo para poder levantarme pero Bastian me aprieta más a su cuerpo.

Estoy entre sus brazos.

No quiero tener que moverme de su lado nunca, pero ahora mismo debo ir a hacer pipí  o mi vejiga va a reventar.

—Bastiaaaaan — digo despacio, sacudo suavemente su cuerpo.

—Mhm.

—Tengo que ir al baño.

—Mmm.

Reniega dormido, abre un ojo y me atrae más a su cuerpo, me aprieta y besa mi cabeza.

—Voy a hacerme pipí.

Él deja escapar un largo suspiro y me deja levantarme, corro al baño y dejo salir todo, un ligero ardor me recorre cuando hago pipí, no es para menos, lo hicimos dos veces y era mi primera vez. Creí que dolería más, pero fue solo placer.

Me acerco al lavamanos y veo mi reflejo, me doy cuenta de que tengo una de las camisas de Bastian y... ¿mis bragas? ¿Cómo sabía él donde estaban?

Además mi cuerpo no está pegajoso por el sudor, es como si él me hubiese limpiado cuando me quedé dormida. Mi cabello tiene nudos, a pesar de ser tan liso y corto, está todo revuelto, paso mis dedos y medio lo acomodo, me hecho agua en la cara y regreso a la habitación.

Bastian está acostado en la cama con la luz prendida, pero tiene los ojos cerrados, como si se hubiese dormido esperándome.

Gateo hacia él y me acuesto poniendo mi cabeza en su pecho desnudo y envolviendolo con mis piernas, sintiendo miles de mariposas en mi estómago, una sensación de estar completa viene a mí, una calidez recorre mi cuerpo entero al sentir su pecho subir y bajar debajo de mi, los latidos de su corazón son tranquilos, su respiración es calmada.

Solo eso es como un calmante para mí dolor de músculos.

Se remueve debajo de mí y baja para poner su cabeza en mi cuello, aspira mi olor que ahora está revuelto con el suyo y deja besitos en esa zona, su respiración choca con mi oreja y me hace cosquillas. Bastian también se ríe cuando aprieta mi cintura para abrazarme y pasar sus manos ami espalda y yo me remuevo porque siento que me hará cosquillas.

La Clínica del Deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora