4. ¿Solo amigos?

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Me arreglé casual para la salida con Bastian

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Me arreglé casual para la salida con Bastian. Me puse una blusa azul pavo, de tirantes. Un pantalón blanco ajustado y unos tenis del mismo color.
Ya que mi cabello es super corto, siempre tengo que medio sujetarlo con un gancho. Esta vez, llevo un gancho plateado que me combina muy bien con mi ropa.

No soy mucho de maquillarme, así que solo pongo una sombra azul en mis ojos y los delineo. En mis labios sólo pongo un medio brillo semitransparente.

Justo cuando termino de hacer eso, mi celular vibra. Es un mensaje de Bastian indicándome que ya está afuera.

Salgo y lo encuentro recostado recostado en la puerta de su auto.

Lleva una camisa negra de botones y ajustada. Que le resalta muy bien. Y tiene una sonrisa en sus labios, involuntariamente bajo la mirada hacia ellos y cuando la levanto me doy cuenta que el me observa de pies a cabeza.

—Hola—digo cuando me acerco.

—Hola, te ves hermosa—dice él. Es por cortesía ¿verdad?

—Gracias—digo y siento que mis mejillas se calientan.

Rodea su auto para abrirme la puerta y hace un gesto para que suba. Cuando estoy sentada él la cierra y vuelve a rodear su auto hacia su asiento, se sube. En el auto, el olor a su loción está impregnado por todo espacio.

—¿A donde vamos?—pregunto curiosa cuando él arranca.

—Por ahí—dice sin quitar la vista de la carretera.

—¿Sabías que en los libros que he leído, así comienzan las historias de secuestro?— digo con burla.

—¡Oh!, ¡acabas de descubrir mi plan!— dice llevando una de sus manos a su pecho y fingiendo que le duele.

—Bueno más vale que tu plan cambie ahora que te descubrí, porque mi abuelo me enseñó defensa personal cuando era más joven—digo con seriedad fingida mientras ennarco una ceja.—apuesto a que no querrás mis piernas alrededor de tu cuello mientras te ahorco con una llave.

El se pone serio y voltea a verme. Lo observo confundida pero al instante entiendo lo que dije, me vuelvo roja de vergüenza y a él se le forma una sonrisa ladina en los labios.

—Señorita Aliza, le aseguro que esa no es la manera en la que me gustarían sus piernas alrededor de mi cuello— dice y pasa su dedo pulgar por debajo de mi labio inferior.

Vuelve su vista a la carretera y yo me quedo callada el resto del viaje, pensando en si lo dijo de broma, mis manos sudan y tiemblen ¿que rayos me pasa? ¿Porqué me pongo tan nerviosa?. Es decir, aveces Liam y yo bromeamos así, pero porque a él lo conozco de hace años atrás.

Por estar sumida en mis pensamientos no me doy cuenta de que el aparcó el auto en el estacionamiento de un restaurante que no se mira para nada barato.

La Clínica del Deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora