14. Azul Fuego (+18)

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La fiesta da inicio, todos hablan y se acercan a felicitar a mi abuelo, le dejan presentes y lo halagan de mil maneras

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La fiesta da inicio, todos hablan y se acercan a felicitar a mi abuelo, le dejan presentes y lo halagan de mil maneras.

La hora de la cena llega, y mientras los demás invitados se sientan en mesas comunes, mis padres, mi abuelo, mis tíos, y yo, no sentamos en una mesa larga.

La idiota vuelve a aparecer y la muy zorra, se sienta a un lado de Bastian en la mesa, haciendo que cada una quede a un lado, siento que la podría matar ahora mismo, él mete su mano debajo de la mesa y toma la mía, poniendo ambas sobre su regazo.

Eso hace que me relaje un poco, Bastian nota la tensión y da ligeros apretones en mi mano, me da una mirada significativa y yo lo entiendo perfectamente.

La cena transcurre entre platicas de él con mis tíos, mi abuelo y mis padres, algunos comentarios míos y la zorra que se mantiene en silencio.

Pero claro, no puede durar mucho sin intentar cazar algo.

-¿Siempre tienes muchas mujeres detrás de ti, Bastian?

Todos la miran estática, ella hace la pregunta como si fuera lo más normal del mundo, mis tíos la reprenden con la mirada, pero ella sigue mirando a Bastian esperando una respuesta.

Eso hace que me enoje de verdad, tanto que me veo tentada a tirarme sobre ella, Bastian da ligeros apretones en mi mano. Pongo mis ojos en ella, pero sonríe como si no acabara de decir una mierda así.

Él voltea a verme, yo siento que mi frente palpita y mi aprieto el agarre de su mano, él me sonríe con dulzura, yo sé que trata de calmarme.

-Muchas veces.

Lo dice mientras sus ojos no dejan los míos, yo no entiendo qué está pasando, lo dice muy enserio, y ella sonríe con una especie de satisfacción, todos miran espectantes la escena, y de cierto modo esperan el movimiento del siguiente.

-¿Dormirás aquí?

-Así es.

-¿Y cómo te sientes tú, primita? ¿No te da miedo que tu hombre vaya por la vida a merced de que otras mujeres se le avienten?

Miro a Bastian y él me mira, nos sostenemos la mirada y sonreímos a la vez. Ésta quiere guerra, guerra le voy a dar, Bastian y yo sabemos, que provocar a una persona y callarle la boca con palabras, es el mejor triunfo que puede haber.

-No tengo que tener ningún miedo- Hablo mientras los ojos de él siguen en los míos - no sé si ya te diste cuenta de que ni siquiera te ha mirado en toda la plática, y quien va de su brazo soy yo.- Él y yo sonreímos más, la cara de ella se descompone a una de enojo y yo saco nuestras manos para ponerlas sobre la mesa- ¿si ves nuestras manos, Sofia? Están unidas, él me toma de la mano en un evento familiar, porque es mi pareja. No recuerdo que tú hayas tenido alguna pareja oficial, ya que después de una noche de borrachera, poco se acuerdan de llamarte.

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