Capitulo 9

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Un nuevo día comenzaba, el sol se alzaba orgulloso en el cielo despejado, los primeros rayos de luz entraron sin permiso por la ventana de esa habitación dándole directo a los ojos a un hombre

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Un nuevo día comenzaba, el sol se alzaba orgulloso en el cielo despejado, los primeros rayos de luz entraron sin permiso por la ventana de esa habitación dándole directo a los ojos a un hombre. Su tez blanca brillaba con la iluminación, en su rostro aparecieron muecas al sentir que algo le estaba molestando, los rizos rubios desordenados caían por la almohada adueñándose de todo espacio. Dio vuelta su rostro en dirección contraria, pero alguien decidió que era muy injusto que siguiera durmiendo tranquilamente, el tono de llamada se escuchó estridente y fuerte en todo el cuarto. La persona que no quería despertarse puso la almohada arriba de su cabeza, se oyó como se quejaba del ruido, pensaba ignorarlo hasta que la llamada dejara de sonar. Pero no pasó, quien insistía debía tener valor para despertarlo temprano por la mañana. Estiró su brazo buscando el aparato, quizá para lanzarlo contra la pared.

- Era hora que me contestaras - fue lo primero que se escuchó cuando deslizó el dedo en el botón verde - Te estuve llamando desde temprano - la voz femenina que hablaba reprochaba con fervor.

- Buenos días a ti también hermana - dijo somnoliento el hombre que apenas se levantaba, sonaba medio dormido, su voz estaba algo ronca, fregó sus ojos con las manos en un intento por espabilarse mejor.

- Ni Buenos días maldito loco... se puede saber ¿Dónde estás? - la interferencia no permitía que se escuchará bien lo que decía, él rubio bostezó sentándose en la cama.

- Estoy bien hermana, solo eso te diré, debes quedarte tranquila... Si te estresas te podrían salir arrugas desde ya, y vieja no estas que digamos - mencionó algo divertido mientras inspeccionaba la habitación, las cortinas estaban corridas, la cama a su lado ordenada, todo estaba ordenado, la puerta del baño semiabierta.

- No estoy bromeando hermano mayor - dijo severa la chica - Te están persiguiendo para matarte ¡¿Y ME DICES QUE ME QUEDE TRANQUILA?!! - el rubio apartó un poco el celular de su oído, el grito lo aturdió por unos segundos - Dime donde estas en serio, cada vez están más cerca de ti y tu desapareces sin decir nada, se que quieres vengarte, pero no puedes solo hermano.

- Primero Renata, calmate, yo me encargaré de eso, todo va bien no debes preocuparte - el hombre comenzó a desperezarse, lo habían interrumpido, ya no tenía sentido que intentará dormir de nuevo.

- No otra vez - se escuchó desde el otro lado, la mujer que hablaba suspiró - Bien ¿Al menos sabes lo que está pasando?

- Si si, nos están cazando, todo el mundo está colapsando, tenemos que resolver esto rápido ¿algo más? - usó un tono cansado mientras se dirigía al baño, lo recitaba de memoria, como si ya se lo hubieran explicado tantas veces.

- Xander.... Los Santorini pusieron precio a tu cabeza, los cazadores irán por ti, tengo el horrible presentimiento que se involucraran a los ejecutores también - su hermana lo dijo con voz afligida, se notaba toda la preocupación que cargaba, si no fuese por ella no hubiese podido despegarse de sus hijos - Ya no se que puede pasar, están desesperados por atraparte que no sabemos de qué pueden llegar a hacer.

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