La agencia central internacional (ACI) tiene el deber de proteger y cuidar a la humanidad de las amenazas terroristas como peligrosas. Olivia Brown es la jefa de departamento de preparacion y defensa Nacional, es la mejor agente en los últimos tiem...
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08:50 a.m. Domingo. L'Aquila. Italia.
Hilary Okot, una afroamericana, nacida en California, Estados Unidos. Hija de afrodescendientes, su padre al igual que su madre no estaban muy contentos con el estilo de vida que su hija llevaba, pero nunca se opusieron a sus sueños. Hilary desde niña deseó ser una heroína, una chica de color que podía salvar las vidas de muchos, fuera siendo policía, en el ejército, ella se prometió serlo de adulta. En su adolescencia no fue la mejor en su clase, no destacaba por su inteligencia, pero sí en gimnasia, defensa personal, como en todas las artes de combate que sus padres la inscribieron. Llegó a ir a competencias, a olimpiadas; ganó medallas y cinturones que demostraban su esfuerzo. Se inscribió para entrar al FBI, aprobó todos los exámenes, en cada caso, siendo solo una cadete, lograba cumplirlo con éxito.
Recibía felicitaciones de sus jefes, consejos de otros compañeros más antiguos, admiración de aquellos que tenían su mismo nivel. Fue así, como escaló los puestos, hasta llegar a oídos de la agencia central internacional, la reclutaron, ofreciéndo el lugar de teniente en los escuadrones. No lo dudó, le encomendaron su primera misión encubierto para atrapar a un mafioso. Debió de camuflarse en un bar, su trabajo consistió en seducir al abogado que estaba en contacto con su objetivo, querían toda la información que había del capo. Pero la morena no pensó en llegar a quedar flechada por el hombre, charlaron más de lo que se estimó, se conocieron más de lo que era correcto, la invitó a tomar unos tragos en su departamento, a lo que ella aceptó ignorando las advertencias que le dio su compañero.
Un roce, un par de besos, la promesa de que era algo único, fue lo que la cautivó desde ese momento. Cuando el caso ya estaba avanzando, Hilary descubrió que su abogado estaba involucrado en muchos fraudes, tenía miedo de que lo encerraran por eso, lo peor para una mujer enamorada era temer que la separaran del amor de su vida. No lo pensó muchas veces, tampoco usó la moral y ética que la caracterizaba. Para su suerte, ya conoció en ese tiempo a un joven de 18 años, que era bueno con la tecnología, ella misma comprobó que aquel chico podía hacer más de lo que otros creían poder lograr fácilmente. Recurrió a Beckham, pidió que borrara todas las pruebas que involucraron al abogado, su amigo lo hizo conformándose con una breve explicación, no pidió detalles, pero sabía que la juzgaba en silencio.
Christian Kennedy quedó con su imagen de abogado prestigioso, nunca decepcionó a su padre, quien era el dueño de un bufete de abogados, todo le funcionó bien. Gracias a Hilary, el hombre sí ya estaba enamorado, estaba decidido a casarse con esa mujer. Llevando dos años de relación, contrajeron matrimonio en una ceremonia privada. Sólo ellos y algunos testigos.
Todo marchaba bien, la agente podía dividir su vida, como una espía y como esposa.
Hasta que llegó ese día.
Hilary Kennedy, ingenuamente creyó que su esposo dejaría las malas costumbres de meterse en problemas, nunca pensó que eso los podría perjudicar a ambos. Ella lo amaba, tanto, que juró protegerlo, su marido también sentía lo mismo, que intentaba demostrarlo, le regalaba rosas todos los meses y se esforzaba por atenderla cuando se encontraban en su hogar juntos. Parecían una pareja feliz, normal, sin conflictos.
