INTRUSA

Capítulo 17

Salí apresurado del hospital sin despedirme siquiera de su madre, quien muy emocionada vino a interrogarme; lamento haber sido un mal educado, pero últimamente me sentía bastante impotente, necesitaba golpear, gritar, no lo sé, algo para acabar con todo esto que no sabía que era.

He intentado encontrar una explicación razonable a todo el caso de Perséfone, pero simplemente no lo había. No quería que mis pensamientos acabarán siendo sobre ella y el estúpido misterio de su muerte.

Tres hombres amaban a esa mujer y a pesar de que la conocían, solo uno podía compartir con ella ese secreto. Yo no la conocí, tal vez es por eso que me sienta tan perdido al tratar de comprender esta situación, no me explico por qué razón estoy tan interesado en ella, cuando nunca me preocupe por saber de algún humano.

Quizás ella ejerza una fuerza sobre mí, me niego a pensar que tenga sentimientos hacia alguien y mucho más si ya no está en este mundo. Con estar me refiero a viva y no en mis sueños y no como un espíritu.

La lluvia no era un problema para ir a su casa, pero ya me había dejado con algo de experiencia desde que ingresé a aquel hospedaje,

Decidí entonces ir a casa de los Johnson y descansar un rato, ya los sueños no me perseguían y ahora podía apagarlos si intentaban invadirme nuevamente.

Al llegar a casa encontré a mi tía tendida en el pecho de su hijo, ella lloraba desconsoladamente, parecía como si alguien acababa de ser enterrado.

No sabía si preguntar qué sucedía o si simplemente hacerme el indiferente y pasar de largo. Después de todo los dos miembros estaban, no me habían notado.

Una de las empleadas, quien pasaba de dejar un vaso con agua y un poco de alcohol, me llamo.

Me sentía como una vieja chismosa a su lado, pero mi curiosidad por saber aumento.

_¿Por qué está llorando?-Pregunté

_ No lo sé joven, hace un rato el señor vino molesto y le gritó.

_¿Y dónde está él ahora?

_ Salió en su auto y hasta ahora no ha llegado.

Quedamos mirando escondidos en la pared, Ton acariciaba suavemente el cabello a su madre, era alguien muy paciente y empático con los sentimientos de los demás.

_¿Por qué no va a averiguar joven?

La observé extrañado.

_ Usted ya es parte de la familia, debería estar al tanto de lo que ocurre en casa.

Aunque sus palabras eran ciertas, no me sentía como tal, pero de todas formas tome valor y camine hacia ellos.

El primero en mirarme fue mi primo, quien no se esforzó en mostrarme una sonrisa apagada.

Honestamente, este tipo de espectáculos me ponían incómodo, no sabía cómo reaccionar ni que decir por qué en verdad me afectaba poco el sentimiento de mi tía.

A ton sí le afectaba, pero parecía que estaba acostumbrado.

Iba a sentarme en el sillón cuando de pronto la mujer pega el grito y voltea hacia mí.

_¡Estás mojado!

Luego de hacernos saltar y detenerme en una sentadilla, no me quedo más remedio que obedecer y quedarme como gran estúpido mirándolos.

_ Mamá, por favor tranquila. No es necesario que te desquites con él.

La señora continuaba llorando.

Luego Ton miro fijamente en dirección a la pared donde aún permanecía la empleada.

_ Por favor, Carmen, trae unos calmantes para mi madre.