Capítulo 28

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Era noche de luna llena,

Los lobos aullaban y las olas del río parecían estar calmadas.

Una mujer desnuda apareció ante mis ojos. Podía ver su figura con su larga cabellera cubriendo ciertas partes de su cuerpo. Poco a poco se alejaba desde la orilla hasta lo más profundo. Se perdía entre las aguas y luego aparecía tan delicadamente para continuar disfrutando de sus claros y verdosas extensiones.

Estábamos solos, pero ella parecía no notarme.

La muchacha tan misteriosa tarareaba una canción de cuna mientras poco a poco se sumergía hasta poder perderse por unos segundos.

Luego de eso mis ojos coincidieron con los suyos, eran fríos, pero con un encanto particular que me mantenía fuera mi. Sus labios me dibujan una sonrisa coquetona y su mirada traviesa dirige la mía hasta perderme en sus pechos desnudos. Ella continuaba sumergiéndose en el agua y reía dulcemente.

Me miraba y sonreía y volvía a sumergirse, yo estaba perdido en su belleza más era consciente que trataba de atraerme como si de una sirena se tratará.

Continuaba flotando y me embelesaba con la misma canción de cuna "tili, tili bom ... Cierra tus ojos ahora alguien está caminando fuera de la casa..." ... "Ella está dentro de la casa..." su voz tan tierna hizo que la canción no pareciera tener una letra aterradora y embrujada.

De pronto, durante cinco segundos todo se puso negro, No pude ver nada, más escuché una vocecita cerca de mi odio susurrándome "ven, conmigo".

Una vez que mis ojos pudieron verla y con una mano en el pecho observo detenidamente, no puedo negar que me sentía un poco asustado, pero al verla otra vez, ese sentimiento desapareció.

Algunas aves pasaron cerca de mi cabeza y se posicionaron sobre la de ella. Emitían sonidos que iban al compás con su voz. Parecía estar al tanto de lo que sucedía, ellos la obedecían y se desplazaban siguiendo el movimiento de sus manos y cabeza.

Todo era extraño, sin embargo, no le di la menor importancia. Me quedo perplejo observándola, su cuerpo, su rostro, todo en ella me cautivaba, me hizo perder la cabeza y llevándome a un mundo el cual podría ser mi calvario.

En un parpadeo su cuerpo desaparece, espere impaciente a que regresará. Luego de algunos minutos mi cuerpo me pedía a gritos la necesidad de seguir observándola, de buscarla para estar cerca de su cuerpo y de tocarla. Pero ella ya no volvió...

Empecé a llamarla y al no tener respuestas me metí al agua, continué hasta cierto punto donde la profundidad solo cubría hasta mi pecho. De repente, siento una mano tocar mi pierna, desde ahí supe que todo esto había sido un engaño quise correr, pero ya era demasiado tarde. Alguien me jaló hasta sumergirme en la profundidad.

Luchaba con todas mis fuerzas y al abrir los ojos la veo atrapada en unas algas en el fondo del mar sin vida. Mi cuerpo siente la desesperación por poder salir con vida, pero algo me lo impedía, lo que me arrastro allí no era una persona, era un animal extraño. Y lo que antes sentí como mano ahora era una aleta. No sabría cómo explicarlo.

Luchaba, pero las fuerzas se me agotaban, pronto iba perdiendo el aire sentía que moriría en estas aguas, atraído por sus encantos.

Poco a poco fui dándome por vencido y antes de perder mi último aliento, la chica atrapada entre las algas, abre los ojos y me grita despierta.

El alma de una intrusa estaba intentando entrar en mi cuerpo, sé que estuvo a punto de lograrlo, ya que sentí algo en mi pecho y al despertar solo se desvaneció.

Estaba sudando bastante por aquella pesadilla, el corazón me latía a mil y mi cuerpo a penas se mantenía tranquilo.

Después de tiempo vengo a soñar con ella, y aunque sospecho que no fue Perséfone quien provocó el sueño sé que a través de él me alertó.

INTRUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora