Era febrero del 2023,
Las aguas habían calmado, y la guardia de los Johnson se había esfumado.
Parecía una noche tranquila y mientras esperaba sentado afuera de la casa, disgustaba de las estrellas y del cargado café que me acompañaba.
Como era de comprender, yo no era bienvenido en aquella casa. Aunque en pocas oportunidades he logrado ingeniármelas para poder ingresar sin que ni siquiera ella se dé cuenta. No es que me alegrará hacerlo, simplemente era para fines investigativos y la verdad es que sin querer me he enterado de cosas extrañas de la señora de la casa.
Perséfone Johnson me había escrito esa mañana. Después de una larga y dura semana, ella había tomado la decisión de volver a escribirme.
No era raro en ella, en reiteradas ocasiones se alejaba de todos y luego de unos días volvía a mí para disfrutar de su compañía. La mayoría de veces se dedicaba a escribir y otras sospecha que tenía una crisis de ansiedad. Con alejarse me refiero que no salía de casa ni para ir a la universidad.
Aunque eso nunca había sido un problema para ella, sin embargo, era triste que los maestros les alegrará los días en que no tenían que lidiar con su presencia. Le temían por todos los manuscritos presentados como tarea y todos los chismes que los mismos compañeros decían sobre ella.
Era un tipo diferente de discriminación, a veces soñaba despierta, temblaba y empezaba a llorar. Lo más extraño de esto era que su voz cambiaba, decía palabras en un idioma que nadie entendía con la voz ronca y poseída.
Sé que cuando esto sucedía era porque su madre la estaba atormentando con alguna que otra revelación. No suele contarme nada cuando se trata de ella, a pesar de todo el mal que le ha hecho, ella le guarda cariño. Es algo raro ese sentimiento, yo no podría querer a alguien así.
Yo y su hermano éramos los únicos que la defendíamos de todo eso, más no podíamos confesarle a su padre, debido a que ella nos lo impidió. Me sabía su horario y en las horas que coincidíamos pasábamos tiempo, pero también había días en que le gustaba estar a solas y yo respetaba su decisión. La mayoría de veces se la pasaba aislada, sentada al final de la fila de la biblioteca y yo la observaba desde lejos sin que ella pudiera darse cuenta.
Mientras disfrutaba de mi bebida empecé a ver las cosas con claridad, entendí que el concepto de novio que yo me había inventado, ella lo traducía como un buen servidor.
Tal vez nunca lo vi así, pero las señales de nunca haberme amado eran claras.
A petición de la señorita Johnson, había logrado convencer a Ton de que la dejará salir.
A cambió de que yo la acompañará en todo momento.
Convencerlo no fue tan difícil. Puesto que la idea de que ella continuará con serios problemas de la cabeza, había sido casi olvidada.
Realmente no entendía por qué ahora ella ya quería salir. Los lugares aglomerados nunca habían sido su encanto. Se perdió varios de mis campeonatos por esa razón. Las personas no dejaban de murmurar y de mirarla raro. A mí me dolía toda su situación, es por eso que le pedía a Ton que no se separará de ella cuando venían a verme.
Puedo jurar que no pensé que sería hoy ese inolvidable día, ya que, gracias a todas mis insistencias, ella me aseguró que moriría cuando la luna este sobre el sol.
Sé que a veces no hablaba de manera literal, siempre debía interpretar y para ser sincero nunca logré acertar con exactitud. Y esta ocasión no era la excepción.
Sin embargo, me tomé la molestia de investigar sus palabras de manera literal. No había nada para aquel día; ningún evento astronómico como un eclipse o un cometa. No sé, cualquier cosa que tenga relación con la astronomía. Así que por tan solo este momento respire tranquilo.
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INTRUSA
Science FictionElla se comunicaba con él a través de sueños. Él se enamoró de ella sin conocerla ni tocarla. ¿Crees en la vida después de la muerte? ¿Crees en la reencarnación? ¿Crees que se pueda amar a alguien que ya no está entre los vivos? Una terrible tragedi...