-Sí te creo, y por eso debo ir.
-No te dejaré.
-No me lo puedes impedir, te pido a las buenas que detengas el auto o yo mismo saltaré.
-No serias capaz.
-Aún no me conoces, detenlo.
Me miraba aterrada y entonces, aumento la velocidad.
-¿Todo esto tiene que ver con ella, cierto? Ahora comprendo que no estaba loca, Sebastián tiene una marca que sé que tú también la tienes, aunque nunca te la dejaste ver. Y ella posiblemente también lo tuvo, aunque eso no lo dijera en ninguno de sus libros.
-¿Qué tiene que ver la marca?, ¿Por qué dices que la tengo?
-Revisé tu teléfono, no necesite conocimientos de hacker para poder desbloquearlo, solo basto con poner tu huella cuando dormías-hizo una pequeña pausa y respiro hondo-. Pido disculpas por mis actos, supuse que las hojas eran de ella porque solo paras metido en ese tema, además de esos dibujos y letras tan aterradoras no era difícil deducirlo. Y en cuanto a tu marca, también me tomé el atrevimiento de mirarla cuando dormimos en el hotel.
-No tenías derecho Abril, detén el auto o salto-abrí la puerta del auto, ella me observó aterrada.
Ya estaba lo suficientemente molesto con ella, permanecer en a su lado solo haría que cometiera más locuras.
-No lo hagas por favor.
-No me dejas opción
Cuando estaba por lanzarme ella detuvo el auto a lo bruto, choque fuerte con la puerta algo abierta y cuando estaba por caer ella me sujetó.
Una vez a salvo baje sin mirarla y ella corrió detrás.
-Déjame acompañarte.
Volteé y la miré ya un poco más calmado.
-No puedo Abril, él es muy peligroso. Ve a casa, yo te llamaré cuando acabe.
Me miro como si fuera la última vez y apto seguido me dio un beso en la mejilla, no puse resistencia y luego de dejarla algo tranquila y asegurarme de que en verdad siguiera su camino, tomé un taxi y llegue hasta el cementerio.
Conforme me fui acercando a mi destino, un ataque de ansiedad se apoderó de mí, no por lo que podría pasarme, ya que estaba preparado y lucharía hasta el final sin importar qué. Ahora temía por ella, al estar involucrada y siendo intermediaría entre Estaban y yo, la había puesto en peligro, ahora que sabe ciertas cosas, ellos podrían dañarla y eso no me lo perdonaría.
En su tumba me esperaba un hombre vestido de negro, muy elegante. Sostenía un vaso de licor sobre su pierna mientras hacía bailar su debo alrededor de este.
No me intimide, ni disminuí el paso, al contrario, cogí más valor y avance con paso firme hasta él.
-No pensé que fueras impuntual.
-Lamento haberte hecho esperar, pero como prometí. Aquí estoy, devuélvemelo ahora.
Río descaradamente sin quitar la mirada de su vaso.
-Tranquilo Vicente, primero déjame presentarme. Mi llamo Derek Díaz y tengo algunos añitos de fallecido.
A estas alturas ya nada podía asustarme.
Me quede callado sin expresión.
-¿No te gustaría saber qué edad tengo?
-En verdad no.
Al parecer mi negación le daba más emoción a aquel momento de suicidio que estaría por acontecer.
-Te lo diré de todos modos. Sabes, ya perdí la cuenta, pero puedes estar más que satisfecho de saber que tengo cientos y cientos y cientos de años ocupando cuerpos-Río enorgullecido por sus actos.
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INTRUSA
Ficção CientíficaElla se comunicaba con él a través de sueños. Él se enamoró de ella sin conocerla ni tocarla. ¿Crees en la vida después de la muerte? ¿Crees en la reencarnación? ¿Crees que se pueda amar a alguien que ya no está entre los vivos? Una terrible tragedi...