INTRUSA

Capítulo 5

Unas pocas semanas han pasado ya,

Los trámites para empezar la universidad están casi listos.

Mi tía se ha encargado de todo.

Con todo, me refiero a que ha escogido hasta los bóxeres adecuados para cada día.

Lo gracioso es que tengo ropa para todo un mes y cada prenda combina a la perfección.

Ella se preocupaba por mí mucho más que por su hija.

O bueno por lo que puedan decir mis compañeros y sus amistades. Ya que, en su cabeza, no es aceptable que yo,,, siendo familia del abogado, luzca como un payaso o mendigo.

A nadie le gustaba como me vestía, y no me importaba.

Y dejar en claro a millones de personas que, no tengo gustos raros, solo no sigo tendencias ni modas como ellos, era una perdida de tiempo.

Con respecto a ella, todo era triste y muy extraño.

Nunca se le avisaba para qué bajará a comer y mucho menos se le servía la comida.

Tampoco la llevaban y recogían de la universidad. Parecía no ser parte de esa dichosa familia.

Los empleados daban la sensación de aparentar miedo cada vez que alguien murmuraba su nombre.

¿Qué clase de monstruo es esta chica como para que le teman siquiera al mencionarla? O peor aún.

¿Cómo pueden tratar mejor a un extraño que a su propia hija?

En los cuadros familiares estaban todos los cuatro, excepto en una en el que solo están el señor Johnson, mi tía y Ton. Me parece que es la más reciente.

En todas ellas se le veía a una señora con una sonrisa social, muy bien manejada, muy bien maquillada, muy bien vestida. Toda la apariencia de una mujer a quien la vida premio por el simple hecho de existir.

El hombre, como de costumbre, no se molestaba en dibujar ni una línea en su rostro. Siempre parecía estar molesto y peor aún, daba la sensación que su existencia le agradaba cada vez menos con el pasar de los días.

Un hombre tan exitoso y a la vez tan infeliz...

El niño o joven era el más sincero de ahí. A través de sus expresiones demostraba ser un amable y de confianza, lástima que su alegría haya disminuido con el paso de los años. Sin embargo, el resto de sus cualidades parecían estar intactas.

La niña solo mostraba miedo y terror en su mirada. Todo un misterio en aquellos ojos que apenas y se esforzaba por mostrar.

Era quien más de los Johnson me llamaba la atención.

He intentado llamar su atención, las pocas veces que la he visto salir de aquella habitación, la cual siempre permanece cerrada y con la puerta repleta de polvo.

Ni siquiera el aseo a su habitación pueden hacer por ella.

Me generaba impotencia ese tipo de trato, aunque no entiendo el porqué ya que nunca me suelo preocupar por los problemas ajenos.

Quizás debería preguntar por ella, pero eso lo haría después.

No quería parecer un entrometido.

Hoy era el campeonato, hoy sería el gran día.

Día en que veo todo mi esfuerzo realizado en vano, alguien robo uno de mis grandes anhelos. Que era competir junto a Dax para llevarnos la victoria.

Más ahora solo quedará como un: "Qué hubiera sido sí..."

Una estúpida expresión que suelen decir todos aquellos que carecen de valor para realizar las cosas y que, luego, se terminan arrepintiendo de no haberla hecho.