Capítulo 7

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No había nadie más que los empleados en casa.

Pero ellos estaban en la cocina, casi listos para ir a dormir.

Era algo perfecto para quedarse y disfrutar un poco la soledad que me acoge, sin embargo, no era el momento.

Mi vida ha cambiado tanto que ahora ya cobra un poco de sentido.

Por ahora tengo razones para existir y seguir.

La intriga de saber quién es la chica de mis sueños me consumía lentamente. Y la sensación de saber por qué puedo ver a mi prima también me perseguía.

Sin embargo, esa noche me decidí y salí de casa.

Primero pasaría por dicha fiesta para encontrarme con Abril, aunque no esperaba grandes noticias y por ahora solo pensaba que ya no era necesaria para incomodar a Sebastián. Puesto que él ya no existía.

Tenía pensado tomar el tren, no conocía, era obvio, pero podía llegar a cualquier lugar sin problema.

Era como un don, la falta de orientación no era mi punto débil.

En el camino a la estación de tren, un auto blanco se estaciona en frente de mí.

Paso muy cerca de mí, tanto que despeino a un más mis cabellos. Pero, ni siquiera de reojo miré al conductor. Tan indiferente hasta con la persona que podría matarme.

Les parecerá algo extraño que no levantará ni siquiera una maldición o que simplemente me hubiera hecho a un lado por instinto. Sin embargo, ya me había percatado, solo quería esperar el momento en el que por fin se animará a mostrarse.

Más creo que también lo esperó.

Y de mi parte nunca tomaría ese paso.

La persona baja de lo más segura, pisando fuerte y cruzando las piernas en cada uno de sus pasos.

La poca circulación de los vehículos hacía que sus tacones sonaran más fuerte.

La mujer marchaba sin acompañante, algo me decía que había permanecido muy cerca de la casa de mis tíos para poder ser mi chofer esa noche.

No entiendo como alguien que tiene a muchos por detrás, se detenga a mirar a quien nunca le dio ni los buenos días.

No es algo justo para ella, y ahora debo tratar de lo posible en ignorarla lo más que pueda, como acto humano de sensibilidad.

Crearle falsas esperanzas solo porque le gusto no era lo mío, no soy de esos chicos.

Tal vez ella no lo ha entendido todavía, pero terminará por aceptarlo.

Aun así, ella parecía estar vestida para una cita, o será que también se vestía así para las fiestas y sea yo él que se está imaginando cosas que no son.

De todos modos, no podría negar su belleza y lo bien que se veía esa noche, sin embargo, no soy de los tipos que se impresionaban y se dejan llevar por lo externo con facilidad.

Hoy no estaba para hacerme rogar, así que acepté su propuesta y subí.

Permanecimos callados durante la mitad del camino.

Ella, aunque tenía mejor experiencia y manejaba con facilidad los temas de relaciones, parecía estar algo nerviosa.

A mí, por el contrario, no se me daba muy bien esas cosas y agradecí esa pequeña paz mientras duro.

Durante ese tiempo estaba pensando si ella podría saber sobre la verdadera identidad de Sebastián y si sabe de algún indicio de su muerte.

Pero ¿cómo alguien podría tomar el cuerpo de otra persona?, o tal vez es algún brujo muy parecido a él.

INTRUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora