Capítulo 24

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-Entremos a casa- le dije

Se frotó bruscamente los ojos y me dijo:

-No soy bienvenido aquí entiende.

-Mueres de frío. Él no se dará cuenta.

Lo dudo, pero al final accedió con algo de temor.

-¿Tienes algunas cervezas?

-Vamos

...

Al entrar nos sentamos en los sofás que tanto cuidaba mi tía de la humedad y suciedad. No nos importó lo mucho que le molesta, al parecer a él tampoco le caía muy bien.

Se sentía como en su casa y visitaba los lugares como un viejo poblador que llegaba a su aldea.

Se le veía muy hambriento como de costumbre y reviso el refri con desespero, inmediatamente se llevó a la boca algunos dulces y frutas, podría cubrirlo diciendo que fui yo quien los tomó, aunque esa actitud es muy extraña en mí. Mi tía armaría una tercera guerra mundial por haber tomado esos dulces, más aún después del inconveniente que tuvimos no hace mucho. Pero sé que al abogado muy poco le importa, no que le pueda molestar a su esposa.

Espere a que sus combinaciones extrañas de bocadillos cesaran su feroz apetito y luego de eso bebimos todas las diez latas de cervezas que había en la nevera. Bueno, él bebió más que yo. Estas seguramente eran de Ton, ya que no me cabe en la cabeza que el abogado tenga como pasatiempo beber, aunque sea un trago de ellas.

Entonces si se trataba de él no había problema, aunque de todas formas hallaría la manera de devolvérselo. No podía aprovecharme de su confianza.

Luego de una hora, yo me encontraba sobrio, pero él solo deliraba y reía de cosas que solo él recordaba y no compartía, deje que se portará como un completo loco, aunque por momentos temía que los esposos pudieran escucharlo.

-Eres un caso Azael-dijo riendo a carcajadas y con los pies sucios arriba del sofá.

No le contestaría a un idiota borracho como él.

-Se supone que soy tu rival, no tu niñera-siguió intentado que yo hablaré.

-No eres ninguno de los dos-dije molesto.

Ignorando mi comentario continúo riendo.

-Ella solo me contacta para salvarte el culo por tus estupideces.

-¿Y por qué aceptas salvarme el culo?, yo no lo haría si estuviera en tu lugar.

-No eres malvado como aparentas, apuesto a que dejarías destruirte con tal de no lastimarme. ¿Y sabes por qué?

-¿Por qué?

-Porque temes. Temes de lo que puedas hacer, ya que eres consciente del monstruo que llevas dentro. Además, hacerme algo significaría sentenciar para siempre tu relación con ella.

Aunque todo lo que dijo era cargado de amargura y rencor no dejaba de ser cierto, me jodía en el ego que sea el único que haya podido descifrarme y decirme las cosas con tanta naturalidad y seguridad.

Quería golpearlo y no pensar cuando lo hiciera, pero esta vez iba en serio. Hace un rato mi golpe solo fue un rasguño comparado con todo la paliza que mi cuerpo pide a gritos realizar.

No entendía como a veces podía estar tranquilo en su compañía y otras simplemente quería acabar con su existencia humana. Aunque han sido más las de acabar con él y pocas veces las que hemos estado en compañía.

Tal vez si dejaba que mis manos se divirtieran sin reglas, podría ver al hombre bajo tierra en unos minutos. Pero como él dice tengo miedo de mí mismo y tengo mucho más temor de que ella no pueda perdonármelo.

INTRUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora