Prólogo

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Al sentir el vacío de la caída los recuerdos de mi vida llegaron de golpe, cada momento era mucho peor que el anterior y eso me demostraba que mi vida fue un asco en todo el sentido de la palabra, sin embargo, no todo fue tan malo, la única esperanza en mi vida fue mi pequeño hijo que nunca voy a ver crecer.

Al sentir el impacto el dolor se hizo presente, pero fue más doloroso ver a mi familia llorando por mí.

-(Jadeando) ¿Es este el final? No puedo creer que mi vida esté llegando a su fin de esta manera.

-Ceren, respira profundo. No sabemos lo que depara el destino, pero aún podemos enfrentarlo con dignidad.- las palabras que decía mi madre eran una total mentira, yo estaba pagando por mis pecados.

-¿Dignidad? Mi vida ha sido un constante torbellino de errores y arrepentimientos. No creo que haya dejado algo significativo.

-Hija, todos cometemos errores, pero también creamos momentos hermosos. ¿Recuerdas alguna alegría, algún logro que haya valido la pena?

-He perdido tantas oportunidades, he herido a las personas que amaba. ¿Qué sentido tiene la vida si solo he causado dolor?

-Mi bebé, no sé qué decir. Esto es tan devastador.

-Mamá, lo siento. Siento todo el dolor que te causé a lo largo de los años. Mis decisiones, mis errores... me pesan mucho.

-Ceren, todos cometemos errores. No tienes que llevar todo ese peso contigo. Solo quiero que sepas cuánto te amo, independientemente de todo.

-(Luchando por respirar) Mamá, eres lo mejor que me ha pasado. Lamento no haber apreciado lo suficiente los momentos felices que compartimos.

-No necesitas pedir perdón, cariño. La vida es complicada, y a veces no entendemos completamente hasta que es demasiado tarde.

-(Con una sonrisa débil) Gracias por siempre estar ahí para mí, incluso cuando no merecía tu amor. Eres la mejor madre.

-(Acariciando suavemente el rostro de Ceren) Y tú eres la mejor hija. Si pudiera cambiar algo, sería para protegerte de este dolor.

-Mamá, estoy agradecida por cada momento contigo. Aunque mi tiempo está llegando a su fin, lo único que te quiero pedir es que cuides a mi hijo y que siempre le recuerdes quienes son sus padres y el amor que le tenemos.

-(Con lágrimas) Te amo, Ceren. Que encuentres paz en el más allá.

(Ceren cierra los ojos lentamente mientras su madre sostiene su mano, compartiendo un momento de despedida lleno de amor y resignación.)

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