La habitación parecía envolverse en una atmósfera pesada y cálida, donde solo existían nuestros cuerpos, nuestras miradas y la tensión acumulada que por fin encontraba su punto de liberación. Nedim no apartó sus ojos de los míos mientras sus dedos recorrían mi rostro, bajando lentamente por mi cuello y dejando un rastro de calor allí donde me tocaba. Cada caricia era una promesa no dicha, una declaración de lo que estaba por venir.
Mi respiración se aceleró cuando sus labios volvieron a encontrar los míos, esta vez con una urgencia que encendió un fuego en mi interior. Sus manos se deslizaron por mi espalda, firmes y decididas, atrayéndome más hacia él hasta que no quedó espacio alguno entre nosotros. Podía sentir la fuerza contenida en su abrazo, el latir de su corazón resonando en sincronía con el mío.
—Eres hermosa, Ceren —murmuró contra mis labios, su voz ronca y cargada de deseo.
Sus palabras me atravesaron como una corriente eléctrica. Mi piel respondía a cada roce, cada beso que dejaba en mi cuello y en mis hombros desnudos. La calidez de sus manos sobre mi cintura me hacía perder cualquier noción del tiempo y del espacio. Mi propia necesidad se desbordaba en cada movimiento, en cada suspiro que escapaba de mis labios.
La ropa fue desapareciendo lentamente, sin prisa pero con una determinación inquebrantable. Los dedos de Nedim exploraban mi piel como si cada rincón de mi cuerpo fuera un territorio nuevo y sagrado que él deseaba conquistar. Mi piel ardía bajo su toque, y el peso de su mirada me hacía sentir vulnerable, pero también deseada de una forma que nunca antes había experimentado.
—¿Estás segura? —preguntó, su voz suave pero cargada de una intensidad que me hizo estremecer. La forma en que me miraba, como si yo fuera lo único que importaba en ese momento, dejó claro que me estaba entregando no solo su cuerpo, sino también su alma.
—Sí —respondí, sin dudarlo, mi voz apenas un susurro.
El contacto de nuestros cuerpos se volvió más íntimo, más urgente. Cada beso, cada caricia, era un lenguaje en sí mismo, una conversación silenciosa entre nuestras almas. Su boca viajaba por mi piel, dejando un rastro de placer que se mezclaba con el calor de su cuerpo. Me perdí en la forma en que me sostenía, en la pasión contenida en cada movimiento.
Cuando finalmente nos unimos, fue como si el mundo entero se desvaneciera. No había pasado ni futuro, solo el presente, solo nosotros. Su respiración se mezclaba con la mía, y cada movimiento nos llevaba más cerca de un abismo del que ninguno quería regresar. Sus manos nunca dejaron de explorarme, sus labios nunca dejaron de buscar los míos.
Los sonidos que llenaban la habitación eran la prueba de nuestra entrega total, de un deseo que no conocía límites. Y cuando alcanzamos juntos ese clímax, fue como si todas las piezas rotas del pasado se unieran en un solo momento de pura euforia y conexión.
Mientras yacíamos juntos después, nuestras respiraciones entrecortadas llenando el espacio, supe que algo había cambiado. Este no era solo un encuentro físico, era algo más profundo, más significativo. Nedim me envolvió en sus brazos, y en el silencio que siguió, sus palabras me alcanzaron con una suavidad que casi dolía.
—No importa lo que hayamos sido antes, Ceren. Lo único que importa es lo que somos ahora. —Y en ese momento, supe que estaba dispuesta a creerle.
Mientras yacíamos juntos, nuestras respiraciones aún entrecortadas llenando el espacio, me sentí abrumada por una mezcla de emociones. Este no era solo un momento físico; era un redescubrimiento, una reafirmación de lo que éramos el uno para el otro. Nedim me envolvió en sus brazos, y el calor de su cuerpo contra el mío me recordaba que, pese a todo lo que habíamos vivido, siempre nos encontrábamos.
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Un Nuevo Comienzo
FanfictionFanfic sobre la serie turca Zalim Istanbul en especial de Ceren karaçay y su nuevo comienzo después de una vida de tanto sufrimiento y maldad.
