Un Nuevo Comienzo

Capítulo 20

La confrontación con Seniz me dejó agotada, por lo que al llegar a mi habitación el sueño me abrazó durante unas cuantas horas.

Al despertar, el sol ya comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras. Me estiré perezosamente en la cama, sintiendo cómo mis músculos se relajaban tras el descanso. Aún podía sentir la tensión de la discusión en mi cuerpo, pero el sueño había ayudado a despejar mi mente.

Decidí darme una ducha rápida para refrescarme. El agua caliente me relajó aún más y me ayudó a reorganizar mis pensamientos. Sabía que debía enfrentar a Seniz de nuevo, pero esta vez con una mente más clara y una estrategia bien pensada.

Después de vestirme, me dirigí a la cocina en busca de algo para comer. Necesitaba energía para lo que vendría. Mientras preparaba una taza de té, algo en el jardín llamó mi atención. Era Civan y Damla, muy juntos. Sin pensarlo, me dirigí hacia ellos.

Al salir, pude ver más claramente que Civan sostenía la mano de Damla mientras hablaban en voz baja. Me acerqué despacio, tratando de no interrumpir, pero con la intención de saber qué estaba pasando.

—¿Qué está ocurriendo aquí? —pregunté, tratando de mantener la calma.

Civan y Damla se sobresaltaron al verme. Civan soltó la mano de Damla y ambos me miraron con una mezcla de sorpresa y culpabilidad.

—No es lo que parece —dijo Civan rápidamente—. Estábamos hablando de algo importante.

—¿De qué se trata? —insistí, cruzando los brazos.

Damla dio un paso adelante, con los ojos llenos de preocupación.

—No es nada, solo le estaba diciendo a Civan cuál va a ser mi ruta mañana, ya que como sabes, él es mi chofer —dijo en voz baja.

Mi instinto me decía que había más de lo que estaban admitiendo, pero decidí no presionarlos más por el momento. Asentí lentamente, aunque mi desconfianza no se disipó del todo.

—Está bien, solo quería asegurarme de que todo estuviera en orden —dije, tratando de sonar convincente.

Damla y Civan intercambiaron una mirada rápida antes de asentir.

—Sí, todo está bien —respondió Civan, tratando de sonreír.

—El amor se da de formas misteriosas y con quien no crees que puede pasar —dije antes de irme hacia la cocina, sabiendo que en secreto mi hermano amaba a Damla, al igual que ella a él.

Regresé a la cocina, pero mi mente seguía dándole vueltas a la escena que acababa de presenciar. Sabía que había algo más profundo entre Damla y Civan, y aunque no podía culparlos por sus sentimientos, la situación era más complicada de lo que ellos se daban cuenta. Me senté a la mesa con mi taza de té, intentando tranquilizarme y pensar en lo que debía hacer a continuación.Estaba tan concentrada que no me percaté de que Nedim estaba en la cocina junto a mí.

—Ceren, deberías estar descansando —dijo.

—Estoy bien, Nedim. Necesitaba despejar mi mente —respondí, tratando de sonar convincente.

Nedim me observó con preocupación, notando el cansancio en mi rostro.

—Sé que la situación con Seniz te tiene inquieta, pero debes cuidar de ti misma tambien —dijo con suavidad.

—Ya lo sé, sin embargo, debo encontrar la manera de que se descubran las mentiras de Seniz para que nos deje en paz y el señor Agah se dé cuenta de la verdad —respondí con determinación.

Nedim suspiró, mirando hacia el suelo antes de volver a encontrarse con mis ojos.

—Al ver todo el esfuerzo que has hecho, hay algo que todavía no te he contado sobre Seniz —dijo con seriedad.

Me tensé, anticipando que lo que estaba por decirme no sería fácil de escuchar.

—¿Qué es, Nedim? —le pregunté, preparándome mentalmente para cualquier cosa.

—Seniz tuvo un amorío con mi papá —respondió Nedim con voz tensa.

Me quedé sin palabras por un momento, procesando lo que acababa de escuchar. Esta revelación añadía una nueva capa de complejidad a la ya confusa situación.

—¿Y cómo afectó eso a todo lo demás? —pregunté, intentando entender las implicaciones.

—Fue un secreto muy bien guardado. Sin embargo, aunque ya mi tío y Seniz estaban casados, ella todavía lo seguía engañando con mi papá —explicó Nedim.

Sentí un nudo en el estómago al escuchar esto. Todo empezaba a tener más sentido, pero también complicaba aún más la situación.

—¿Y cómo podemos encontrar pruebas del engaño de Seniz? —pregunté, desesperada por una solución.

—Hay algo que ha rondado por mi cabeza todo este tiempo —dijo Nedim, su voz tensa—. He escuchado que el anuncio del embarazo de Cenk fue antes del matrimonio con mi tío. Entonces, pueden haber dos razones para esto. La primera es que mi tío y Seniz ya habían tenido relaciones antes del matrimonio, o la otra es que Cenk sea hijo de mi padre.

La magnitud de lo que decía Nedim me golpeó con fuerza. Esta nueva información podría cambiarlo todo, pero también significaba que tendríamos que actuar con cautela.

—Si Cenk es hijo de tu padre, eso implicaría que Seniz estuvo engañando a tu tío durante mucho tiempo. Eso podría ser una pieza clave para desentrañar toda esta trama —dije, tratando de organizar mis pensamientos—. ¿Sabes si hay algún documento, alguna evidencia que pueda confirmar o desmentir esto?

Nedim asintió lentamente, con una expresión de preocupación.

—Podría haber algo en los archivos familiares o en los registros médicos de mi padre y Seniz. Sin embargo, acceder a ellos no será fácil, especialmente si Seniz ha estado manipulando todo desde las sombras.

—Necesitamos una estrategia para obtener esa información sin alertar a Seniz —dije, sintiendo la urgencia de la situación—. ¿Tienes alguna idea de dónde podríamos empezar a buscar?

—Podríamos intentar revisar los registros en el archivo familiar, que están en la propiedad de la familia —sugirió Nedim—. También podríamos consultar a algún antiguo miembro del personal que haya trabajado para la familia y que pueda tener información sobre la situación.

—Hagamos eso. Primero, revisemos los archivos familiares y busquemos cualquier documento que pueda confirmarnos si Cenk es hijo de tu padre. Si encontramos algo sospechoso, podemos investigar más a fondo.

—Está bien —dijo Nedim—. Pero necesitamos hacerlo con mucho cuidado. Si Seniz se entera de que estamos investigando, podría intentar cubrir sus huellas o actuar en contra nuestra.

Le di una mirada de entendimiento y asintió, dispuesto a seguir adelante con el plan.