Capítulo 28

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El silencio que llenaba la habitación se sentía como un abrazo cálido mientras Nedim y yo contemplábamos a nuestro bebé. El peso de sus pequeños brazos, el susurro de su respiración tranquila, y la sensación de su piel contra la mía hicieron que todo lo demás se desvaneciera, como si solo existiéramos los tres en ese instante.

Nedim, con una sonrisa suave, acarició con delicadeza la cabeza de nuestro hijo. "¿Cómo lo vamos a llamar?", preguntó, rompiendo el silencio con una voz serena que contrastaba con las tormentas que habíamos vivido.

Lo había pensado tantas veces, pero ahora que estaba aquí, frente a nosotros, parecía más difícil que nunca elegir un nombre que estuviera a la altura de este pequeño ser que ya había transformado nuestro mundo. Lo miré, con sus ojos aún cerrados, tan frágil pero tan lleno de vida. Quería un nombre que reflejara la fortaleza que yo sabía que ya llevaba dentro, la luz que, sin saberlo, había traído a nuestras vidas.

"¿Y si lo llamamos Emir?" propuse finalmente, mi voz temblorosa pero firme. Siempre había amado ese nombre, fuerte y majestuoso, pero también cargado de significado. Quería que nuestro hijo tuviera la fuerza para enfrentar el mundo, tal como Nedim y yo habíamos enfrentado el nuestro.

Nedim sonrió, y por un instante, me pareció que una lágrima brillaba en sus ojos. "Emir", repitió en un susurro, como si estuviera probando el sonido del nombre en sus labios. "Es perfecto."

Sentí que mi corazón se llenaba de una calidez indescriptible al escuchar la aprobación en su voz. Miré nuevamente a nuestro bebé, nuestro pequeño Emir, y supe que, aunque el camino por delante no sería fácil, estábamos listos para enfrentarlo. Nedim y yo, con todas nuestras imperfecciones, habíamos creado algo perfecto. Y ese pequeño ser, que ahora descansaba plácidamente en nuestros brazos, era el símbolo de todo lo que podíamos ser, de todo lo que aún podríamos lograr.

-"Bienvenido al mundo, Emir," susurré mientras besaba su frente. Una nueva historia comenzaba con él, una llena de esperanza, amor y promesas.

Justo cuando Nedim y yo nos sumergíamos en ese momento de calma y dicha, la puerta de la habitación se abrió suavemente. Levanté la vista y me encontré con la figura de Cenk, de pie en el umbral, con Cemre justo detrás de él. Había una expresión extraña en su rostro, como si no supiera si debía sonreír o mostrarse más contenido, mientras que Cemre parecía nerviosa, sus manos jugueteaban entrelazadas.

-"Espero no interrumpir", dijo Cenk con una sonrisa que no alcanzaba a sus ojos. Nedim y yo intercambiamos una mirada rápida, conscientes de que la llegada de ellos dos cambiaría el tono de la habitación.

-"Claro que no," respondí suavemente, tratando de mantener la calidez en mi voz mientras ajustaba a Emir en mis brazos. "Estábamos esperando que vinieran."

Cemre se acercó lentamente, sus ojos fijos en el pequeño bulto en mis brazos. No había sido fácil para ella desde que supo la verdad sobre su origen, y aunque no lo había dicho, yo sabía que esta nueva dinámica, la llegada de Emir, solo complicaba más las cosas para ella.

-"Es... hermoso", susurró mientras se detenía junto a la cama, con una timidez que no solía mostrar. Cenk se paró a su lado, y por un momento, sentí un nudo en mi pecho. A pesar de todo lo que había pasado entre nosotros, una parte de mí deseaba que pudiéramos dejar atrás el pasado, al menos por el bien de este momento.

Nedim, que había estado observando en silencio, le hizo un gesto a Cenk para que se acercara. -"Ven, conócelo. Se llama Emir."

Cenk dio un paso adelante, sus ojos reflejaban una mezcla de emociones difíciles de descifrar: tristeza, añoranza, tal vez incluso arrepentimiento. Cuando finalmente estuvo a nuestro lado, se inclinó ligeramente para ver a Emir más de cerca. -"Es hermoso", dijo después de un momento, pero su voz estaba cargada de una tristeza que no podía ocultar. Sabía que, en el fondo, le dolía no ser reconocido como el padre de mi bebé. Pero lo que él había hecho cuando le dije que estaba embarazada había destruido todos los derechos que pudiera haber tenido para ser llamado padre de Emir.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora