Capitulo 13

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—Sí, es tarde —respondí, intentando disipar la tensión con una sonrisa.

Comenzamos a caminar juntos, el sonido de nuestros pasos resonando suavemente en las calles adoquinadas. Las luces de la plaza se reflejaban en los charcos dispersos, creando un paisaje de sombras y reflejos que conferían al lugar un aire de ensueño.

—¿Han disfrutado de la noche? —preguntó Cenk, tratando de sonar casual.

—Mucho —dije—. Ha sido una experiencia maravillosa.

Cemre asintió, aunque su expresión seguía siendo difícil de descifrar. A medida que avanzábamos, el ambiente pareció relajarse un poco, y la conversación derivó hacia temas más ligeros, como las anécdotas del viaje y los planes para el día siguiente.

Llegamos al hotel y nos detuvimos en el vestíbulo, y Nedim me lanzó una mirada cómplice.

—Bueno, supongo que es hora de descansar —dijo él, su voz teñida de cierta reluctancia.

—Sí, mañana será un día largo —concordé, sintiendo una mezcla de anticipación y agotamiento.

Nos despedimos de Cenk y Cemre y cada uno se dirigió a su habitación. Mientras me preparaba para dormir, no pude evitar repasar los eventos del día en mi mente. Había algo en la forma en que Cemre y Cenk nos observaban que me dejó intranquila, pero decidí no darle demasiadas vueltas. Después de todo, había sido una noche mágica, y quería aferrarme a ese sentimiento por un poco más de tiempo.

Sin embargo, en ese momento me percaté, por un movimiento en la ventana, que Cenk y Cemre se encontraban cerca de la piscina hablando. Sus siluetas se recortaban contra la iluminación tenue, y sus gestos parecían animados, aunque no podía distinguir las palabras.

La curiosidad me invadió. ¿Qué estarían discutiendo a estas horas de la noche? Sin hacer ruido, me acerqué un poco más a la ventana, tratando de escuchar algo de su conversación. El sonido del agua de la piscina y el canto de los grillos dificultaban la tarea, pero logré captar fragmentos de su diálogo.

—...no podemos seguir así —dijo Cenk, su tono serio.

—Lo sé, pero necesitamos encontrar una solución pronto —respondió Cemre, visiblemente preocupada.

Sentí un nudo en el estómago. Algo importante estaba ocurriendo, algo que probablemente nos afectaría a todos. Sin pensarlo, decidí salir de la habitación con celular en mano para grabar un poco de la conversación.

Me moví sigilosamente por el pasillo, acercándome a la ventana que daba a la piscina. Desde ahí, podía ver claramente a Cenk y Cemre, sus rostros iluminados por la tenue luz de la luna. Presioné el botón de grabar en mi celular y me concentré en captar sus palabras.

—Sabes que este matrimonio es falso, Cenk —decía Cemre, su voz cargada de emoción.

—Lo sé, Cemre —respondió Cenk, frustrado—. Pero ya estamos demasiado involucrados. No podemos simplemente salir ahora.

Sentí una punzada de sorpresa y confusión. ¿Un matrimonio falso? ¿Qué significaba eso? Traté de mantener el pulso firme mientras seguía grabando.

—No podemos seguir mintiendo —continuó Cemre—. Tarde o temprano, todos se darán cuenta. Y cuando eso pase, será aún peor.

—¿Y qué sugieres que hagamos? —replicó Cenk—. ¿Romper todo y dejar que todo el mundo se entere?

—Además, tú sabes mi más grande secreto, Cemre —continuó Cenk, su voz apenas un susurro, cargada de una mezcla de miedo y vulnerabilidad.

El ambiente se tensó aún más. Mi curiosidad se disparó, pero también sentí el peso de la intimidad de ese momento. Sabía que estaba presenciando algo profundamente personal.

Cemre suspiró y asintió lentamente.

—Lo sé, Cenk. Y ese es otro motivo por el que debemos resolver esto cuanto antes. No podemos seguir viviendo así, en esta mentira que solo nos está destruyendo a todos.

—¿Cómo vamos a resolver que tiré por la ventana a Nedim y por eso pasó casi toda su vida parapléjico? —dijo Cenk, su voz temblando con una mezcla de desesperación y arrepentimiento.

Sentí que el suelo se movía bajo mis pies. La revelación era impactante y perturbadora. Me costaba procesar lo que acababa de escuchar.

En ese instante, algo crujió bajo mis pies y Cenk levantó la cabeza, mirándome directamente. Contuve la respiración, mi corazón latiendo con fuerza.

—¿Quién está ahí? —preguntó, su voz aguda y alerta.

Sin pensarlo, apagué la cámara y lentamente me dirigí a la habitación donde Nedim se encontraba durmiendo. Mi mente estaba en torbellino, intentando procesar todo lo que había escuchado. Sabía que esto cambiaría todo para Nedim y para todos nosotros, pero también sabía que la verdad debía salir a la luz.

Abrí la puerta de la habitación de Nedim con cuidado, tratando de no hacer ruido. La luz de la luna se filtraba a través de las cortinas, iluminando suavemente su rostro tranquilo mientras dormía. Me acerqué a su cama y toqué suavemente su hombro.

—Nedim —susurré, con la voz apenas audible—. Necesito hablar contigo. Es urgente.

Nedim abrió los ojos lentamente, parpadeando mientras se acostumbraba a la oscuridad.

—¿Qué sucede? —preguntó, su voz somnolienta.

—Lo siento por despertarte, pero esto no puede esperar —dije, mi voz temblando ligeramente—. Necesitas saber algo, algo muy importante.

Nedim se incorporó, la preocupación visible en su rostro.

—¿Qué pasa? —preguntó con más urgencia, despertándose por completo.

Me senté en el borde de su cama, tratando de encontrar las palabras correctas.

—He descubierto algo sobre tu accidente —dije finalmente—. Algo que Cenk y Cemre han estado ocultando.

La expresión de Nedim se endureció, y sus ojos se llenaron de una mezcla de confusión y preocupación.

—¿Qué es lo que han estado ocultando? —preguntó Nedim, su voz firme.

—Cemre sabía que Cenk fue quien te empujó por la ventana —dije, tratando de mantener la calma.

El rostro de Nedim se endureció, sus ojos se llenaron de una mezcla de confusión y dolor.

—¿Qué? —susurró, como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar—. ¿Cemre también lo sabía?

Asentí, sintiendo la gravedad del momento.

—Sí, ella lo ha sabido todo este tiempo y ha estado ayudando a Cenk a vivir con esta culpa. Ambos han estado manteniendo este secreto para protegerte y evitar un escándalo.

Nedim se quedó en silencio, procesando la información. Su rostro reflejaba una tormenta de emociones: sorpresa, dolor, ira y finalmente, una especie de resignación.

—Necesito hablar con ellos —dijo finalmente, su voz tensa—. Ahora mismo.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora