Capítulo 24

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Los días pasaron después de aquella conversación con Nedim, y la fecha del nacimiento de mi bebé se acercaba rápidamente. Sabía que debía prepararme para este nuevo capítulo en mi vida, por lo que decidí que era momento de buscar el consejo de las mujeres más sabias de mi familia. Quería hablar con mi madre y mi abuela, quienes siempre habían sido mi fuente de apoyo y sabiduría. Sentía que sus experiencias y consejos serían valiosos para enfrentar lo que estaba por venir y para asegurarme de estar lo mejor preparada posible para recibir a mi hijo.

Sin embargo, cuando todo parecía ir encaminado y la tranquilidad empezaba a instalarse en mi vida, un giro inesperado de los acontecimientos amenazó con desmoronar mis planes. La noticia que recibí fue un golpe inesperado, poniendo en riesgo todo lo que había estado construyendo con tanto esfuerzo. Me encontraba en un momento de incertidumbre, preguntándome cómo enfrentar los desafíos que se avecinaban y cómo proteger a mi familia en medio de esta tormenta imprevista.

Al poner un pie en la casa de mi madre, lo primero que noté fue el silencio, un silencio que me preocupó de inmediato. Mi madre, si no estaba ocupada en la mansión con sus deberes, solía estar en casa con la abuela, así que la ausencia de cualquier ruido me inquietó.

—Mamá, abuela —llamé con voz temblorosa, recorriendo lentamente la entrada de la casa.

El eco de mis palabras parecía resonar más fuerte en el vacío, intensificando mi preocupación. Me dirigí a la sala, esperando encontrar a mi madre y a mi abuela en su lugar habitual, pero el cuarto estaba desierto. Mi corazón comenzó a latir más rápido mientras buscaba en cada rincón, llamando nuevamente a mis seres queridos.

De repente, escuché un leve murmullo proveniente de la cocina. Con pasos apresurados, me dirigí hacia allí, temiendo lo peor pero esperando encontrar una explicación sencilla. Al intentar abrir la puerta, me encontré con una escena que jamás hubiera esperado: mi madre y mi abuela estaban sentadas a la mesa, con expresiones preocupadas, discutiendo en voz baja sobre algo que claramente las afectaba profundamente.

—Crees que eres una santa, pero al final todo se sabrá. Ya sé de dónde Ceren sacó lo desvergonzada y manipulable —la voz de mi abuela era la que más se escuchaba, cargada de una amargura que me sorprendió y me hirió profundamente.

Mis piernas temblaron al escuchar esas palabras. Me sentí como si me hubieran arrojado un balde de agua fría. Las mismas mujeres que siempre había considerado mi apoyo incondicional estaban hablando de mí de una manera que nunca hubiera imaginado. La traición me caló hondo, y mi corazón se rompió al pensar en lo que había hecho para ganarme su confianza y amor.

—Ceren, Civan y Cemre se van a enterar de tu mayor secreto, y toda la actitud arrogante que tienes ahora se va a derrumbar —continuó mi abuela con voz tajante.

Las palabras de mi abuela retumbaron en mi mente, y una oleada de dolor y furia me invadió. Ella me había manipulado para venir a la capital y hacer las cosas más asquerosas, solo porque me lavó el cerebro con promesas y mentiras. Sentía que todo lo que había creído y en lo que había confiado se desmoronaba ante mí.

No podía soportar escuchar más. Abrí la puerta de golpe y me enfrenté a ellas, mi corazón latiendo con fuerza y mis ojos llenos de lágrimas de rabia y dolor.

—¿Abuela, eso es lo que piensas de mí? —dije, mi voz quebrada pero decidida. —Después de que me manipulaste para conseguir tus objetivos de ser rica, vienes y dices esas cosas de mí.

Mi abuela se quedó paralizada, su rostro mostrando una mezcla de sorpresa y culpa. Mi madre, al ver mi reacción, intentó intervenir, pero el daño ya estaba hecho. Sentía que todo lo que había hecho para complacerlas y adaptarme a su visión de éxito había sido en vano. Me había esforzado tanto para cumplir con sus expectativas, y ahora me enfrentaba a la cruel realidad de que había sido utilizada.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora