Capitulo 15

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Después del enfrentamiento, Nedim tomó mi mano y nos retiramos a nuestra habitación. La tensión en el aire era palpable, pero en cuanto cerramos la puerta detrás de nosotros, un silencio apacible nos envolvió. Nedim me miró a los ojos, y pude ver la preocupación y el alivio reflejados en su mirada.

-¿Estás bien? - le pregunté con voz suave, casi en un susurro.

Asentío, todavía intentando procesar todo lo que había ocurrido. Me senté en el borde de la cama, sintiendo cómo la adrenalina poco a poco abandonaba mi cuerpo, dejándome agotada. Nedim se arrodilló frente a mí, tomando mis manos entre las suyas.

-No quería que te vieras envuelta en esto -dijo, bajando la mirada-. Pero estoy agradecido de que estés a salvo.

Le acaricié el rostro, obligándolo a mirarme.

-Estamos juntos en esto, Nedim. No importa lo que pase, lo enfrentaremos juntos.

Sus ojos se suavizaron y una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Se levantó y se sentó a mi lado, rodeándome con sus brazos. Apoyé mi cabeza en su hombro, sintiendo el latido constante de su corazón.

-Descansaremos un poco y luego planificaremos nuestros próximos pasos -dijo, su voz firme y segura.

Asentí de nuevo, sintiendo una oleada de tranquilidad al saber que estábamos juntos en esto. Sin embargo, en ese momento me percaté de que Nedim y yo nos estábamos acercando más y que los sentimientos que le tenía estaban cambiando. Lo que antes era una cercanía para redimir mis pecados ahora se transformaba en algo más, algo que me hacía sentir vulnerable y esperanzada al mismo tiempo.

Nedim se levantó y se dirigió a la ventana, observando el exterior con una mirada pensativa. Me levanté y caminé hacia él, colocando una mano en su hombro.

-¿En qué piensas? -pregunté suavemente.

-En todo lo que viene -respondió, sin apartar la vista del paisaje-. Tenemos que estar preparados. No sabemos cuántos más están involucrados ni qué harán a continuación.

Suspiré, comprendiendo la gravedad de la situación. Sabíamos que no sería fácil, pero juntos éramos más fuertes. Pero ahora, había algo más que me impulsaba a luchar, algo más profundo y personal.

-Lo sé -dije, apretando ligeramente su hombro-. Pero encontraremos la manera de salir adelante. Siempre lo hacemos.

Nedim se volvió hacia mí, tomando mi rostro entre sus manos. Sus ojos se encontraron con los míos, y por un instante, el tiempo pareció detenerse. Sentí su aliento cálido y la cercanía de su cuerpo.

-Tienes razón. Juntos, podemos con todo.

Nos quedamos así por un momento, disfrutando de la calma antes de la tormenta. Mi corazón latía con fuerza, y su cercanía me hacía sentir una mezcla de seguridad y emoción que nunca antes había experimentado.

-Nedim... -comencé a decir, pero las palabras se quedaron atrapadas en mi garganta. Él sonrió, una sonrisa que decía que entendía lo que no podía expresar con palabras.

-Lo sé -susurró, acercándose aún más y besándome suavemente en los labios.

El beso fue tierno y lleno de promesas no dichas, de un futuro incierto pero esperanzador. Cuando nos separamos, ambos sabíamos que algo había cambiado entre nosotros, algo que nos daba una nueva razón para luchar.

 Cuando nos separamos, ambos sabíamos que algo había cambiado entre nosotros, algo que nos daba una nueva razón para luchar

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