SOLARA || The Flash

𝟎𝟓. 𝐐𝐮𝐢𝐳𝐚́𝐬 𝐭𝐞𝐧𝐠𝐨 𝐮𝐧 𝐭𝐢𝐩𝐨.

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"Los amigos no te llaman en mitad de la noche sin siquiera decirte porqué, simplemente querían decir hola."

Friends don't 𝙗𝙮 Maddie & Tate

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Barry no podía dejar de pensar en ella.

Había pasado otra semana desde aquella conversación en Jitters y ninguno de los dos volvió a comentar nada al respecto. Barry sabía que era su culpa, después de todo fue él quien le había propuesto salir. Aunque, ¿realmente lo había hecho? En ningún momento mencionó la palabra cita, y Elara bien pudo haber creído que se refería a salir en plan de amigos, lo que si bien no estaba mal, no era lo que Barry quería realmente.

Por el momento, el castaño se había conformado con continuar su rutina matutina; encontrarse a Elara casualmente en Jitters e intercambiar algunos comentarios que casi podría jurar serían considerados coquetos, pero Barry no era ningún experto.

El problema era que a su rutina debía agregarle también los impredecibles problemas de un superhéroe, como el hecho de que un tal Leonard Snart se apareció en Ciudad Central con intención de robar un diamante, y aunque lo más lógico para Barry (como superhéroe y forense) era enfocarse completamente en el caso, sus pensamientos seguían desviándose hacia un par de hermosos ojos azules y la sonrisa más bonita que había visto en su vida.

—¡Barry!

Y claro, porque el universo tenía la constante necesidad de recordar que estaba en contra de Barry Allen, la protagonista de sus pensamientos se encontraba en la estación de policías, gritando para llamar su atención.

Barry, quien se encontraba de camino a su laboratorio, detuvo por un momento sus pasos para dejar que la rubia lo alcanzara y se pusiera a la par de él.

—Hey, ¿Qué haces aquí? -Cuestionó, sonriendo.

—Bueno, estaba de paso y pensé, ¿Por qué no traerle un café a mi forense favorito?

Elara sonrió con inocencia, entregándole el vaso de americano con dos azúcar que él siempre solía pedir, y Barry entrecerró los ojos en su dirección, un claro gesto de desconfianza.

—Mh, claro, ¿y este maravilloso gesto no tiene nada que ver con el robo del diamante de la dinastía Kahndaq, cierto?

La sonrisa de Elara se desvaneció, y la rubia mordió su labio en un gesto avergonzado.

—No pienso discutir contigo una investigación policial abierta. -Se negó, intentando ocultar su diversión ante los gestos de la mujer.

—¡No tienes que discutirla conmigo! Podrías solo... ya sabes, darte la vuelta un minuto y dejarme ver tu expediente... -Barry le dio una mirada incrédula.

—¿Sabes que podrían despedirme si los detalles privados de este robo terminan en la página 5 del Picture News, verdad? Singh no es muy fan mío para empezar.

Elara rodó los ojos. —No voy a escribir sobre esto en el Picture News. Escucha, ¿Recuerdas lo que te conté sobre el rayo? Hay gente diciendo que fue él quien detuvo el robo, ¿No es increíble? Esta sería una buena nota para mi blog.

Barry se detuvo en seco, mirándola alarmado. —¿Blog? ¿Qué blog?

—Inicié un blog para escribir sobre las cosas raras que están sucediendo, ¿No te contó Iris? Pensé-

—¿Iris también está metida en eso?

Elara abrió los ojos, dándose cuenta de su error. —Eh... ¿No?