SOLARA || The Flash

𝟎𝟔. 𝐍𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐚𝐪𝐮𝐢́

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"No puedo superarlo.
Peleo contigo en mis sueños.
La herida no cierra.
Sigo esperando por una señal.
Me arrepiento de ti todo el tiempo. "

Would've, Could've, Should've
𝙗𝙮 Taylor Swift

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Este mundo es cruel con aquellos que son diferentes.

Elara conocía la frase a la perfección, después de todo ella era el vivo ejemplo de cuán cierta podía ser. Y no es que ella siempre lo hubiese creído, no, pero la vida tiene sus formas de convencerte, y desafortunadamente la rubia estaba más que convencida.

Algunas semanas después de su llegada a la tierra, Aarón decidió que era una buena idea que su nueva hija alienígena iniciara su experiencia terrestre asistiendo a la escuela secundaria.

Si bien la experiencia era nueva y aterradora, Elara deseaba complacer a su padre adoptivo. Después de todo, no cualquier persona aceptaría cuidar de una niña de otro planeta sólo por la bondad de su corazón, y Elara le debía mucho.

La escuela secundaria era el lugar más extraño que Elara había conocido jamás, con toda clase de personajes y situaciones que solo servían para reforzar la sensación de extrañeza que invadía a la rubia. Un recordatorio constante de que ella no pertenecía a ese lugar. A ese planeta.

—¿Cómo se supone que haga amigos si no entiendo nada? Todos son tan extraños, tan... groseros y poco higiénicos. -Comentó durante una de las cenas con Aarón, haciendo reír al mayor.

—¿Sabes? Cuando tenía tu edad no tuve muchos amigos. Mi padre decía que a la escuela uno iba a aprender y ya, no a hacer vida social.

Elara hizo una mueca. No sabía cómo decirle, sin sonar grosera, que no existía forma en que ella pudiese aprender algo de criaturas tan incivilizadas como las que había en su escuela.

Y sólo hablaba de los maestros.

En krypton las cosas eran distintas. El planeta era gobernado por las personas más inteligentes; científicos, doctores, gente de gran intelecto que estuviese capacitada para tomar decisiones en beneficio de su gente.

En Springvale, la gente a cargo solían ser aquellos con dinero y conexiones que raramente tenían idea de lo que hacían, y tampoco se interesaban mucho en el bienestar de otros.

Como el señor Roberts, el director de la secundaria. Un hombre obstinado de casi setenta años que apenas podía mantenerse de pie, que no dudaba en vocalizar su desprecio hacia los infantes y que, sobretodo, no estaba en absoluto capacitado para el puesto.

¿Elara debía creer que su aprendizaje estaba en buenas manos cuando esa era la persona encargada de que los alumnos recibieran una buena educación?

Tenía 13, pero no era ingenua.

Pero el problema no terminaba con los adultos y su increíble inutilidad. El problema radicaba también en los chicos de su edad.

Los niños de trece años podían llegar a ser horribles, especialmente aquellos llamados Ethan Carter.

Ethan era un chico bastante presuntuoso que estaba en su grado. Su padre era un importante procurador (Elara no tenía la mínima idea de lo que eso era), y aparentemente ganaba muchísimo dinero.

El dinero te hacía alguien importante, es otra cosa que Elara aprendió en su estancia en la tierra. Incluso si eras un niño insoportable de 13 años con terrible actitud y evidente falta de atención.