Valneblina

cap#2 Sombras entre los pupitres

La campana de la escuela resonó, dispersando la niebla matutina con su clamor. Los pasillos de la Escuela Secundaria Valneblina se llenaron de estudiantes, cada uno absorto en sus propios mundos, ignorantes de la oscuridad que se cernía sobre el pueblo. Entre ellos, yo, Lian, caminaba con un propósito diferente. No era solo un estudiante más; era un detective en busca de la verdad.

En clase, las miradas se desviaban hacia mí, susurros apenas audibles se entrelazaban con el aire. "Es el chico que estaba en la escena del crimen", decían. Pero entre esos rostros había dos que capturaban mi atención: **Sofía**, cuyos ojos reflejaban una curiosidad que rivalizaba con la mía, y **Tomás**, el bromista de la clase cuya fachada alegre ocultaba una mente aguda.

"¿Lian, todo bien?" preguntó Sofía, su voz una melodía entre el caos. "Pareces preocupado desde... ya sabes, lo de la señora Ramírez y Martín."

Antes de que pudiera responder, Tomás intervino con una sonrisa burlona. "Déjalo, Sofía. Nuestro Lian está demasiado ocupado resolviendo misterios para preocuparse por trivialidades como el amor."

La clase comenzó, pero mis pensamientos estaban en otro lugar. Las palabras del profesor se desvanecían en el fondo mientras yo repasaba los eventos de la mañana. La niebla, la cinta policial, las muertes... y ahora, un patrón que apuntaba a algo más siniestro.

Cuando la campana anunció el fin de la jornada, me dirigí a la última persona que vio a la señora Ramírez con vida: **Lucas**, el bibliotecario suplente. Era un joven reservado, con una pasión por los misterios de la literatura. "Lucas, necesito tu ayuda", dije. "Tú conocías a la señora Ramírez mejor que nadie aquí. ¿Notaste algo extraño en sus últimos días?"

Lucas me miró, sus ojos ocultos tras unas gafas gruesas. "Lian, ella estaba preocupada por algo. Murmuraba sobre fechas y nombres, como si estuviera tratando de resolver un acertijo."

Las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar. La señora Ramírez había estado cerca de descubrir la verdad antes de su muerte. Y ahora, con la ayuda de mis compañeros de clase y la perspicacia de Lucas, estaba listo para seguir su rastro.

La niebla de Valneblina se espesaba, pero mi determinación se hacía más fuerte. Juntos, desentrañaríamos los secretos ocultos en la bruma, y yo, Lian, demostraría que incluso el más subestimado entre nosotros puede brillar en la oscuridad.