Valneblina

*Capítulo 17: La Vigilia y la Sombra**

El reloj de la torre marcaba las doce, y con cada campanada, un escalofrío recorría las calles de Valneblina. Era el **17**, y la tensión se podía cortar con un cuchillo. Lian, Sofía y Tomás se encontraban en la biblioteca, rodeados de pistas que parecían no llevar a ninguna parte.

"Deberíamos tener algo," murmuró Lian, pasando las páginas de sus notas con frustración.

Sofía lo miró con preocupación. "No podemos perder la esperanza. Algo se nos tiene que estar escapando."

Tomás, que había estado en silencio, finalmente habló. "El pueblo está en vilo. Tu padre ha hecho lo correcto al pedirles que se queden en casa."

En ese momento, la puerta de la biblioteca se abrió de golpe. Era **Valeria**, la hermana mayor de Sofía, con el rostro pálido y los ojos llenos de terror. "Lo vi... vi al asesino," jadeó.

"¿Qué pasó, Valeria?" preguntó Sofía, corriendo hacia ella.

"Estaba en el hotel... y entonces... Don Ernesto," balbuceó Valeria. "No vi su rostro, pero... él está muerto."

Lian se puso de pie de un salto. "Tenemos que ir ahora. Tomás, ¿puedes llamar a mi padre?"

Tomás asintió, aunque no podía apartar la vista de Valeria. Siempre había sentido una admiración platónica por ella, su belleza y su fuerza eran como un faro en la bruma de su adolescencia. "Claro, Lian," dijo, aunque su voz temblaba ligeramente.

Mientras Lian y Sofía consolaban a Valeria, Tomás se alejó para hacer la llamada. En su mente, Valeria siempre había sido la heroína de sus historias, la mujer valiente que no temía enfrentarse a las sombras de Valneblina.

"Valeria, tienes que contarnos todo lo que recuerdes," insistió Lian, su tono urgente.

Ella asintió, respirando hondo. "Estaba oscuro, y él... el asesino... era alto, pero eso es todo lo que sé."

Con la nueva víctima y un testigo que no podía identificar al asesino, la noche del **17** se había convertido en una vigilia sombría. El pueblo de Valneblina estaba en alerta, y un asesino se ocultaba entre ellos, su identidad aún un misterio.

Lian, Sofía, Tomás y ahora Valeria, unidos por el dolor y la determinación, sabían que la noche sería larga. Pero no descansarían hasta que la justicia emergiera de las sombras y la paz volviera a reinar en Valneblina