Capítulo 23: El Culto y la Cuenta Regresiva

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En la penumbra de la biblioteca, Lian, Sofía, Tomás y Valeria se inclinaban sobre un cúmulo de papeles dispersos, sus rostros iluminados por la luz tenue de una lámpara. Habían pasado horas decodificando el mensaje críptico del asesino y, finalmente, una verdad aterradora emergió de las sombras.

“No puede ser,” murmuró Lian, su voz un susurro de incredulidad. “No es solo una persona… es un grupo, un culto.”

Sofía asintió, su expresión sombría. “Eligen a sus víctimas siguiendo un patrón, algo que tienen en común, pero ¿qué es?”

Tomás frunció el ceño, pensativo. “Todavía no lo sabemos, y eso es lo más frustrante. No tenemos idea de quiénes son los miembros de este culto.”

Valeria se pasó una mano por el cabello, la ansiedad evidente en su gesto. “Y apenas es abril. Si siguen con este… ritual, habrá más víctimas hasta diciembre.”

Los cuatro amigos se miraron, conscientes de la carrera contra el tiempo que enfrentaban. La clave para detener los asesinatos estaba en descubrir el patrón, en anticipar el próximo movimiento del culto.

“Tenemos que encontrar la conexión entre las víctimas,” dijo Sofía, su voz firme a pesar del miedo que sentía. “Eso podría darnos una pista sobre la próxima víctima.”

Lian asintió, su mente ya trabajando en posibles teorías. “Vamos a revisar todo de nuevo, cada detalle. No podemos permitir que haya otra muerte.”

Mientras la noche se cernía sobre Valneblina, los jóvenes investigadores sabían que el tiempo no estaba de su lado. Pero su determinación no flaquearía; resolverían el misterio del culto y pondrían fin a la cadena de terror que amenazaba con consumir su pueblo.
La Red de Conspiración**

Lian extendió todas las pruebas sobre la gran mesa de la biblioteca, su frente fruncida en concentración. Sofía, Tomás y Valeria se reunieron alrededor, observando el mosaico de notas, fotos y recortes de periódicos.

"Esto es lo que tenemos," comenzó Lian. "Cada asesinato ha ocurrido en una fecha significativa para el pueblo, cada víctima ha sido elegida por su conexión con la historia de Valneblina."

Sofía se inclinó sobre una serie de fotografías. "Y cada crimen ha sido ejecutado de una manera que... que casi parece ritual."

Tomás señaló hacia un mapa del pueblo con varias marcas. "Los lugares de los crímenes forman un patrón, como los puntos de una estrella."

Valeria tomó la palabra, su voz temblorosa. "Y lo que vi en el hotel... el asesino cojeaba, como si llevara a cabo un acto ceremonial, no solo un asesinato."

Lian asintió. "Exactamente. Y hay más: los testimonios de los testigos mencionan símbolos extraños, cánticos... Esto no es obra de un loco solitario. Es un culto."

"¿Pero por qué? ¿Qué ganan con esto?" preguntó Sofía, su mente luchando por entender.

"Control, tal vez, o poder," sugirió Tomás. "Algunos cultos creen que al realizar sacrificios obtienen favor de sus... deidades."

Valeria frunció el ceño. "Pero, ¿quién podría ser parte de algo así? ¿Y cómo no hemos visto nada hasta ahora?"

Lian se paseó por la habitación, su mente trabajando a toda velocidad. "Han sido cuidadosos, eligiendo a sus miembros con precisión, moviéndose en las sombras."

"Entonces, ¿cuál es el próximo paso?" preguntó Sofía, buscando una dirección en el caos.

"Debemos encontrar la conexión entre las víctimas," dijo Lian, deteniéndose frente al mapa. "Eso nos dará la próxima pieza del rompecabezas."

Los cuatro amigos se sumergieron de nuevo en las pruebas, decididos a descubrir el patrón antes de que el culto pudiera reclamar otra vida. Con cada pieza que encajaban, la imagen se volvía más clara y más oscura, revelando la profundidad de la conspiración que se enredaba en las raíces de Valneblin

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