**Capítulo 15: Verdades y Confrontaciones**

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La estación de policía de Valneblina nunca había sido un lugar acogedor para Lian, pero esa mañana se sentía aún más opresiva. Junto a Sofía y Tomás, se enfrentaba a la tarea más difícil hasta ahora: revelar sus descubrimientos al jefe de policía, quien también era su padre.

"Padre, tenemos que hablar," comenzó Lian, su voz firme a pesar del nerviosismo que sentía.

El jefe de policía levantó la vista, su rostro endurecido por años de servicio. "Lian, te he dicho que te mantengas al margen de esto."

"Pero hemos encontrado algo, algo grande," insistió Lian, extendiendo las pruebas sobre el escritorio.

El jefe de policía examinó los documentos, su expresión cambiando gradualmente de escepticismo a sorpresa. "Esto... esto es como en mi adolescencia. Hubo asesinatos similares... nunca resueltos."

"Entonces debes entender por qué no puedo quedarme de brazos cruzados," dijo Lian, desafiante.

El jefe de policía se puso de pie, su mirada ahora llena de un conflicto interno. "Lian, es peligroso. No quiero que salgas lastimado."

"Ya estoy involucrado, padre. Y no puedo dar marcha atrás, no con lo que está en juego," replicó Lian, su determinación reflejada en sus ojos.

Hubo un largo silencio antes de que el jefe de policía hablara de nuevo. "Está bien. Pero esto se hace a mi manera. Y Lian, te quiero fuera de esto. Es mi deber, no el tuyo."

Lian sacudió la cabeza, frustrado. "No puedo hacer eso. No cuando estamos tan cerca de la verdad."

El jefe de policía suspiró, sabiendo que no podía disuadir a su hijo. "Entonces prométeme que serás cuidadoso."

"Lo prometo," dijo Lian, aunque ambos sabían que era una promesa que tal vez no podría cumplir.

Sofía, que había estado en silencio durante el intercambio, tomó la mano de Lian. "No estará solo en esto. Estaremos con él."

El jefe de policía asintió, resignado. "Cuiden el uno del otro," dijo, su voz suave por primera vez esa mañana.

Con la bendición a regañadientes de su padre, Lian, Sofía y Tomás salieron de la estación, listos para enfrentar lo que fuera necesario para proteger a Valneblina y desentrañar los secretos que habían plagado el pueblo durante generaciones. La verdad estaba cerca, y juntos, estaban

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