*Capítulo 4: Aliados en la Sombra**

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La luz del amanecer se filtraba a través de las cortinas, bañando la habitación con un brillo dorado que prometía un nuevo comienzo. Pero para mí, Lian, cada día que pasaba era una cuenta regresiva hacia el próximo **17**, y la posibilidad de otro asesinato. No podía permitirme el lujo de la tranquilidad; no cuando el asesino aún estaba libre.

Tomás y Sofía se habían convertido en mis inesperados aliados. A pesar de sus diferencias, ambos compartían un deseo de justicia que resonaba con el mío. Tomás, con su ingenio rápido y su habilidad para leer a las personas, y Sofía, con su intuición y su conocimiento profundo de Valneblina, eran piezas cruciales en este juego de sombras.

"Tenemos que revisar los archivos del periódico," sugirió Sofía. "Si el asesino está recreando eventos históricos, debe haber pistas en las noticias antiguas."

Tomás asintió, su semblante serio por primera vez. "Y yo puedo hablar con la gente. Algunos confían más en un bromista que en un policía. Puedo averiguar si alguien ha visto algo fuera de lo común."

Armados con un plan, nos dirigimos a la biblioteca. El aire estaba cargado con el olor a papel antiguo y misterio. Mientras Sofía y yo nos sumergíamos en montañas de periódicos, Tomás salió a la calle, su sonrisa fácil ocultando la gravedad de nuestra misión.

Las horas pasaron, y con cada artículo que leíamos, la historia de Valneblina se desplegaba ante nosotros. Cada **17** marcado por un evento trágico, cada tragedia un eco del pasado. Y entonces, entre las páginas amarillentas, encontramos una pista: un incendio que había consumido parte del pueblo hace décadas, también un **17**.

"Esto tiene que ser parte del patrón," murmuré, señalando la fecha. "El asesino podría estar planeando algo similar."

Sofía levantó la vista, sus ojos reflejando la gravedad de la situación. "Tenemos que advertir a la policía," dijo. "Pero, ¿nos creerán?"

Antes de que pudiéramos debatirlo, Tomás regresó, su expresión sombría. "Hay rumores," comenzó, "de alguien merodeando cerca del viejo teatro, el que se quemó en ese incendio."

No era una coincidencia. Era una advertencia. El asesino estaba siguiendo su patrón, y el viejo teatro era su próximo escenario. Con cada segundo que pasaba, la amenaza se hacía más tangible, y sabíamos que no había tiempo que perder.

Nos pusimos en marcha, determinados a enfrentar las sombras que acechaban en Valneblina. Yo, Lian, junto a Tomás y Sofía, estábamos listos para desafiar al asesino y poner fin a su ciclo de violencia. Porque en la lucha contra la oscuridad, incluso la luz más pequeña puede hacer la diferencia. Y juntos, éramos un faro en la niebla.

ValneblinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora