*Capítulo 33: Verdades y Sospechas**

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La habitación del hospital estaba bañada en una luz tenue, los monitores parpadeando con un ritmo constante. Valeria estaba sentada al lado de la cama de Tomás, quien se estaba recuperando del golpe en la cabeza.

"Tomás, necesito decirte algo," comenzó Valeria, su voz un susurro. "Estos eventos... me han hecho darme cuenta de lo corta que es la vida."

Tomás tomó su mano, su mirada seria. "Valeria, yo también tengo algo que decirte. No importa lo que pase, mis sentimientos por ti no van a cambiar."

Valeria sonrió tristemente. "Eres valiente y leal, Tomás. Y aunque hay una parte de mí que desea poder corresponder a tus sentimientos, no puedo ignorar la diferencia de edad entre nosotros."

"Lo sé," dijo Tomás, apretando su mano. "Pero tenía que decirte la verdad. No quería que hubiera secretos entre nosotros."

Mientras tanto, Lian y su padre recorrían los Túneles, la oscuridad los envolvía como un manto. No encontraron nada, ni una sola pista que pudiera llevarlos a Sofía. La policía había comenzado la búsqueda, pero Lian sentía una sospecha creciente en su interior.

Al regresar al auto, Lian vio algo que lo detuvo en seco: una de las máscaras del culto. "¿Qué es esto, papá?" preguntó, su voz temblorosa.

Su padre, sorprendido, respondió rápidamente. "La encontré mientras buscaba evidencia. Es parte del caso."

Pero Lian no estaba convencido. Algo en la mirada de su padre no cuadraba. Decidió quedarse y observar, escondido en las sombras, mientras su padre creía que se había ido a casa. La duda y el miedo lo consumían, pero necesitaba saber la verdad, por Sofía, por todos ellos.

ValneblinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora