Valneblina

*Capítulo 25: La Casa del Misterio**

La residencia del hombre herido se erguía ante ellos, una estructura solitaria en las afueras de Valneblina. Lian, Sofía, Tomás y Valeria intercambiaron miradas de determinación antes de cruzar el umbral de la puerta entreabierta.

El interior estaba sumido en penumbras, cada sombra parecía albergar un secreto. Mientras buscaban pistas, el crujido de un piso de madera los hizo congelarse. Alguien había llegado.

"Rápido, aquí," susurró Lian, guiándolos hacia un armario oscuro. Los cuatro se apretujaron entre abrigos olvidados y el olor a polvo.

Desde su escondite, escuchaban los pasos del hombre resonando en la casa, cada eco un latido en sus oídos. El terror se palpaba en el aire, denso como la niebla que envolvía el pueblo.

De repente, el sonido de un teléfono rompió el silencio. El hombre contestó con una voz que destilaba ansiedad.

"¿Sí?... No, no esperaba tu llamada... ¿Irme? Pero, ¿y el ritual?... Entiendo, sí, la seguridad del culto es lo primero... No, nadie sospecha... De acuerdo, partiré esta noche."

El hombre colgó y comenzó a recoger sus pertenencias con prisa, sus movimientos marcados por la urgencia.

Lian intercambió una mirada con Sofía. "Tenemos que seguirlo cuando se vaya," murmuró.

Ella asintió, su corazón latiendo al ritmo frenético del peligro que acechaba.

Finalmente, la puerta principal se cerró con un golpe, y el silencio volvió a reinar. Los jóvenes salieron de su escondite, el alivio momentáneo en sus rostros rápidamente reemplazado por la gravedad de su descubrimiento.

"El culto es más grande de lo que pensábamos," dijo Tomás, su voz apenas audible.

Valeria se acercó a la ventana, observando la figura del hombre alejándose en la oscuridad. "Y ahora sabemos que están dispuestos a hacer lo que sea para proteger sus secretos."

Lian tomó una de las pistas que habían encontrado, una fotografía antigua con símbolos inquietantes. "Esto no termina aquí. Vamos a desentrañar este misterio, cueste lo que cueste."

Los cuatro amigos salieron de la casa, la determinación de resolver el enigma del culto ardiendo más fuerte que nunca en sus corazones. Valneblina aún guardaba sus secretos, pero ellos estaban más cerca que nunca de revelar la verdad.