Capítulo 32: La Desaparición de Sofía**

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La noche se había tragado las calles de Valneblina, y la casa de Sofía se alzaba ominosa ante Lian, con la puerta principal abierta de par en par, como la boca de un monstruo esperando su próxima presa. Con el corazón latiendo en su garganta, Lian subió las escaleras, temiendo lo peor.

Al entrar a la habitación, el desorden reinante le gritó que algo terrible había ocurrido. Sofía no estaba. En su lugar, encontró a Tomás tendido en el suelo, un golpe visible en su cabeza, y a Valeria, con las manos temblorosas, intentando reanimarlo.

"¿Dónde está Sofía?" preguntó Lian, su voz apenas un susurro ahogado por el pánico.

Valeria levantó la mirada, sus ojos reflejando el caos de la noche. "Unos hombres... vinieron y se la llevaron," dijo con voz entrecortada. "Los padres de Sofía intentaron seguir el auto, pero los perdieron entre las calles."

Lian sintió cómo el mundo se desmoronaba a su alrededor. Sacó su teléfono con manos que no parecían las suyas y marcó el número de su padre, el jefe de policía. "Papá, han secuestrado a Sofía," dijo, su voz un hilo de desesperación. "Necesitamos encontrarla, ¡es una locura!"

La línea zumbó con la promesa de acción, pero Lian sabía que cada segundo contaba. No podía quedarse de brazos cruzados. Tenía que actuar, y tenía que hacerlo ya.

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