**Capítulo 12: El Cartero y los Secretos**

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Marco, el cartero de Valneblina, era como un fantasma que atravesaba las calles del pueblo, siempre presente pero raramente notado. Su rutina diaria lo llevaba a cada puerta, a cada hogar, convirtiéndolo en el depositario involuntario de los secretos del pueblo.

"Debemos hablar con Marco," dije una mañana, mientras la niebla se levantaba lentamente. "Él conoce Valneblina como la palma de su mano."

Sofía y Tomás estuvieron de acuerdo, y juntos encontramos a Marco en su ronda matutina. Al principio, parecía reticente a hablar, pero la gravedad de nuestra petición lo convenció.

"Es cierto, he visto cosas," admitió Marco, mirando a su alrededor como si temiera ser escuchado. "Cartas que nunca debieron ser escritas, paquetes entregados en secreto. Hay una red de mentiras en Valneblina, y temo que los asesinatos son solo la punta del iceberg."

Nos contó sobre cartas anónimas que había entregado, algunas con amenazas veladas, otras con citas crípticas que ahora parecían presagios de los crímenes. "Nunca supe los autores, pero las direcciones eran de casas abandonadas, de lugares olvidados," dijo.

"¿Podrías mostrarnos esas casas?" preguntó Tomás, su mente ya corriendo con posibilidades.

Marco asintió. "Pero debemos ser cautelosos. Si alguien se entera de que estamos siguiendo estas pistas, podríamos ser los próximos en la lista."

Con un nuevo sentido de urgencia, seguimos a Marco a través de las calles empedradas de Valneblina. Nos llevó a casas que parecían consumidas por el tiempo, sus ventanas como ojos vacíos que miraban al vacío.

En una de ellas, encontramos una habitación oculta detrás de una estantería falsa. Dentro, había un escritorio cubierto de papeles y fotografías que formaban un collage de la historia violenta de Valneblina.

"Esto es obra de alguien obsesionado con el pasado," murmuré, sintiendo un escalofrío al pensar en la mente detrás de todo esto.

Sofía recogió una foto antigua, su rostro pálido. "Estos son los fundadores de Valneblina," dijo. "Y mira, aquí está tu abuelo, Lian."

La conexión era innegable. El asesino no solo estaba recreando eventos históricos; estaba persiguiendo a los descendientes de aquellos que habían forjado el pueblo.

"Gracias, Marco," dije, sabiendo que sin su ayuda, nunca habríamos encontrado este lugar.

El cartero nos miró con una mezcla de alivio y preocupación. "Solo espero que puedan detener esto antes de que sea demasiado tarde."

Al salir de la casa, el sol comenzaba a perforar la niebla, y con cada rayo de luz, nuestra determinación se fortalecía. Valneblina estaba plagada de secretos, pero nosotros estábamos decididos a sacarlos todos a la luz.

ValneblinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora