Valneblina

*Capítulo 24: La Herida y la Verdad Oculta**

La revelación llegó de forma inesperada, un comentario casual durante una conversación entre Sofía y la madre de una amiga. "Es extraño," dijo la mujer, "el mismo día que asesinaron al dueño del hotel, un hombre entró al hospital herido, sangrando y diciendo que alguien lo había atacado."

Los ojos de Sofía se encontraron con los de Lian, y sin una palabra, ambos supieron que tenían que investigar. Junto con Tomás y Valeria, se dirigieron al hospital, buscando respuestas.

"¿Qué descubrieron sobre el hombre?" preguntó Tomás, mientras caminaban por los pasillos estériles del hospital.

"Según la madre de mi amiga, estaba muy herido, como si hubiera tenido una pelea feroz," respondió Sofía. "Y lo más extraño es que desapareció antes de que pudieran hacerle más preguntas."

Valeria se detuvo, una idea formándose en su mente. "Espera, ¿y si ese hombre era el asesino? Tal vez se hirió durante el ataque."

Lian asintió, su mente analítica procesando la información. "Eso explicaría la cojera que viste, Valeria. No era una cojera natural, sino una lesión."

"Entonces, ¿qué lo hirió?" preguntó Sofía, su voz baja.

"Algo en el hotel, algo que no esperaba," concluyó Lian.

Los cuatro amigos se reunieron alrededor de una mesa en la cafetería del hospital, repasando las pistas una vez más.

"Si el asesino es parte de un culto, y si se hirió en el hotel..." comenzó Tomás, pero su voz se apagó, la magnitud de la situación abrumándolo.

"Entonces hay algo en el hotel que no sabemos, algo peligroso," terminó Valeria, su rostro pálido.

Lian tomó un bolígrafo y comenzó a escribir frenéticamente en un pedazo de papel. "Necesitamos volver al hotel, buscar lo que sea que hirió al asesino. Podría ser la clave para descubrir la identidad del culto."

Sofía asintió, su determinación reflejada en sus ojos. "Vamos a encontrarlo, y vamos a detenerlos antes de que puedan hacer más daño."

Con un nuevo sentido de urgencia, los jóvenes investigadores se prepararon para regresar al lugar del crimen, sabiendo que cada pista los acercaba más a la verdad, y cada verdad los acercaba más al peligro. El misterio de Valneblina se desenredaba lentamente, pero el tiempo se agotaba.