Capítulo 2.- Niña inocente

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Sabiendo los sentimientos que albergaban dentro del corazón de Loid, y el tipo de sueños que había estado teniendo últimamente cuando se iba a dormir... ¿Qué podemos esperar que pase en la vida actual de la familia Forger?

Lo cierto, es que eso no hay forma de saberlo... más que siendo testigos de su día a día.

Precisamente ese día era fin de semana, domingo, para ser exactos, y a partir de mañana, lunes, las vacaciones de Anya culminarían y regresaría oficialmente a la escuela para llevar a acabo su tercer año de nivel primaria.

Loid había terminado de servir el desayuno para todos, y tanto él como Anya ya estaban sentados en la mesa. Tan sólo faltaba Yor, a quien estaban esperando antes de empezar. Al cabo de unos segundos, por fin hizo acto de presencia, y se sentó tranquilamente en su lugar, dirigiéndole una sonrisa de lo más cálida a su esposo, en señal de que estaba agradecida con él por el lindo gesto de hacer la comida para ella.

Si habláramos del mismo Loid de antes... aquello no habría significado nada para él, y tan sólo se hubiera limitado a devolverle la sonrisa a su esposa, pero en estos momentos, Loid ha dejado de ser como nosotros lo conocemos...

Ver a su esposa ahí, tan radiante, frente a él, y dedicándole aquella sonrisa tan hermosa... inevitablemente lo hizo sentir algo en el pecho. Se sintió tan atraído por esa sonrisa, que su rostro se puso un poco colorado, y por un momento le fue imposible apartar su vista de ella...

Yor no le prestó atención a eso, pero Anya sí que se dio cuenta.

> ¿Papi?

> ¿Eh? Sí, Anya, ¿Necesitas algo?

>No, es que tu cara está roja, ¿Te sientes bien?

Extrañada por lo que dijo, Yor volteó a ver a su esposo, para comprobar que, en efecto, su rostro estaba algo enrojecido.

Y el saber que ahora su esposa lo estaba viendo así, no hizo más que intensificar el enrojecimiento en el rostro de Loid.

>Eh... s-sí, Anya, estoy bien... l-lo que pasa, es que... me acordé de un chiste que me contaron en el trabajo.

> ¿Un chiste?

>Sí, eso es todo.

>Pero ¿Por qué un chiste haría que tu cara se pusiera roja? Además, no parece que te estés riendo.

>Es-eso es porque... porque el chiste que me contaron, me hizo reír en su momento, pero ahora que me pongo a pensarlo detenidamente... en realidad era un chiste malísimo, y me avergüenza mucho saber que en ese momento me produjo gracia...

>Oh, sé de lo que hablas, quieres decir que es un caso de esos en lo que algo antes te parecía divertido, pero después pasa a provocarte pena ajena, ¿No es así? – Comentaba Yor.

>Sí... es exactamente como tú lo dices, Yor, de hecho, no podrías haberlo descrito mejor.

> ¡Oh...! ¿Entonces por eso tienes la cara así de roja, papi?

>Sí... es por eso...

> ¿Y qué clase de chiste fue el que te contaron? Tengo curiosidad. – Preguntó Yor, inocentemente.

>Créeme, no querrás saberlo...

Y un rato más tarde...

Si bien cada quien se había puesto a hacer sus propias cosas, y si bien tan solo unos momentos antes habían tenido un agradable desayuno en familia, al final, terminó sucediendo algo... inesperado.

SPY X FAMILY - ¿HACE FALTA DECIRLO CON PALABRAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora