Capítulo 3.- Un simple gesto de amor

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Anya no podía mantener la calma, sencillamente no había forma, y es que, ¿Cómo hacerlo? Cuando de la nada, sin previo aviso y sin que lo veas venir, se presenta una mujer en tu salón de clases, que clama ser tu nueva profesora a partir de ahora, pero que esa mujer resulta ser ni más ni menos que la primera mamá que tuviste, y que te sacó del orfanato hace solo cuatro años atrás, cuando apenas tenías cuatro años de edad.

¿Quién podría mantener la calma en esa situación?

Anya se sentía muy perturbada e intranquila, y lo siguió estando durante toda la mañana, mientras las clases pasaban. Trataba de distraerse lo mejor que podía, haciendo los trabajos que la profesora les iba solicitando en cada materia, pero igualmente le resultaba muy difícil concentrarse, y en nada ayudaba el hecho de que la profesora, cada cierto tiempo, se le quedaba mirando fijamente a Anya desde su escritorio.

Solamente a ella, no a otro niño...

Anya quería evitar hacer contacto visual lo más que se pudiese, por lo que cada que sentía su mirada sobre ella, instintivamente volteaba hacia el lado opuesto, estaba en verdad asustada, no sabía de lo que sería capaz si es que su nueva profesora llegaba a reconocerla.

Por supuesto, Becky se dio cuenta de que algo andaba mal con su amiga, pero por más que trató de preguntarle para saber la razón de su estado, Anya simplemente se negó a responder, lo cual no hizo otra cosa sino frustrar a Becky, por lo que desistió de seguir preguntando.

Eso sí, ella no fue la única persona que notó que algo andaba mal con Anya. A pesar de que nunca se acercó a preguntarle al respecto, para Damian, era más que evidente que algo pasaba con la chica que tanto le gusta. De hecho, si no fuera porque Anya estaba demasiado enfocada en evadir la fija mirada de su profesora, tal vez ella se hubiera podido dar cuenta de que Damian también se le había estado quedando mirando fijamente en más de una ocasión.

No obstante, la única diferencia entre Damian y la profesora, era que, mientras que con la segunda no sabíamos exactamente el motivo de que se le quedara mirando a Anya, en el caso de Damian, sin embargo, sabemos claramente que es porque él se sentía genuinamente preocupado por la niña. Por más que quisiera aparentar lo contrario y evitar acercarse a Anya, lo cierto es que le importaba mucho el que ella se encontrara con bien. En ese sentido, él también la tuvo bastante complicada para poder concentrarse en hacer los trabajos durante ese día, pues no podía dejar de pensar en Anya.

Pese a todo, finalmente la jordana escolar había llegado a su fin, o al menos así lo indicaba la campana, por lo que los alumnos por fin podrían regresar cada quien a sus casas, y esa era justamente la intención de la profesora, dejarlos salir, pero antes, quiso hacerles saber un pequeño comunicado.

>Muy bien, niños, niñas, para ser mi primer día con ustedes, puedo ver con satisfacción que ustedes son un grupo muy bien portado y aplicado. Personalmente, me la he pasado bien, y espero sigan así, y que tanto ustedes como yo podamos llevarnos estupendamente durante todo lo que resta del año escolar. ¿Alguien tiene alguna queja o duda con respecto a la sesión de clases que tuvimos hoy?

> ¡NO, PROFESORA! – Respondería todo el grupo al unísono, con excepción de Anya.

> ¡Excelente! Me da mucho gusto. Entonces, ya son libres de irse a casa, ¡Ah! Excepto tú, Anya. Si me permites, hay algo de lo cual necesito hablar primero contigo.

Aquello dejaría extrañado a más de uno, en especial a Becky y a Damian, quienes sólo podían preguntarse qué podría querer la maestra de Anya.

En cuanto a la propia Anya... lógicamente, esto no le agradó nada, y ahora más que nunca se sentía presa del pánico al tener que quedarse a solas con aquella mujer.

SPY X FAMILY - ¿HACE FALTA DECIRLO CON PALABRAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora