SPY X FAMILY - ¿HACE FALTA DECIRLO CON PALABRAS?

Capítulo 24.- Empiezan los problemas...

Al día siguiente...

Anya estaría de vuelta en la escuela, lista, dentro de lo que cabe, para un día más, aunque todavía se sentía un poco decaída por el descubrimiento que había hecho el día anterior.

Ella ya estaba en el salón, pero ni Becky ni Damian habían llegado aún, por lo que se dispuso a esperar a que cualquiera de sus amigos cruzara por la puerta. Sin embargo, antes de que ellos dos lo hicieran, la que terminó entrando por esa puerta fue ni más ni menos que su nueva amiga, aquella chica nueva que había conocido ayer y que le había caído bastante bien, Rebeca.

Ciertamente no le gusta mucho el hecho de que ella fuera hija de la profesora Isabella... pero no por eso iba a dejar de llevarse bien con ella. Después de todo, ella de nada tenía la culpa, y no mentía cuando decía que le había caído muy bien, por lo que, en cuanto la vio, se dispuso a saludarla.

>Buenos días, Rebeca. – Acercándose a ella.

Pero lejos de recibir un saludo en respuesta, lo que Anya recibiría a cambio, sería un fuerte empujón que casi la hizo perder el equilibrio y caer de espaldas.

Y aquella niña no le diría ni una sola palabra, simplemente seguiría caminando en dirección hacia su mesa y se desentendería por completo de Anya, a quien con esa acción había dejado completamente confundida y alterada.

Y Anya podría percibir algunas palabras de su parte que se guardó para si misma en su cabeza.

* No me hables, tarada. *

Y Anya no podría creerse aquello... ¿Es que había hecho algo para molestarla? Por la forma en que se hablaron el día anterior, creía que serían buenas amigas, pero tal parece que Rebeca no lo veía así, pese a que ella misma fue la que propuso que se hicieran amigas, en primer lugar.

Definitivamente no entendía nada...

Pero consideraría que lo más prudente sería mantener la distancia, por lo que no se acercaría a preguntarle si es que había hecho algo para enojarla.

Sin embargo, algo pasaría más tarde, en medio de una de las clases.

Anya estaba tranquilamente haciendo su trabajo. Esta vez le había tocado sentarse con un niño que no conocía mucho.

No estaba molestando ni siendo molestada por nadie, pero, entonces... al voltear a ver al lugar en donde se encontraba sentada Rebeca... notaría como ella la estaba mirando fijamente.

Y lo hacía con una mirada demasiado inquietante, una que reflejaba muchísimo odio.

Y Anya de inmediato se asustó por esto. ¿Por qué la estaba viendo así?

A Rebeca no le importó que Anya se diera cuenta de que la estaba viendo, ella siguió mirándola fijamente... sin cambiar la expresión de odio de su rostro, y esto empezó a poner muy inquieta a Anya, quien no entendía qué había hecho para que la estuviste mirando así.

Empezó a hacerse muchas preguntas en su cabeza.

* ¿Habré hecho algo que la molestó? ¡Pero si ayer nos habíamos llevado tan bien! ¿Por qué me está viendo así? No lo entiendo, ¿Qué fue lo que le hice? Creí que quería que fuésemos amigas... *

No pudo encontrar ninguna respuesta a estas preguntas, ni siquiera cuando intentó buscar dentro de la mente de Rebeca, pues le fue imposible percibir algún pensamiento en ella.

¡¿Cómo es que la estaba mirando de esa manera tan intensa, pero al mismo tiempo no pensaba en nada?!

Es como si su odio hacia ella fuera puro y no necesitara razones para justificar el que la viera así.