Una señal de esperanza

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Diario de Izuku

¿Estoy fuera del Caso? Si no fuera por ese desgraciado, nada de esto habría pasado. No entiendo la situación en la que me encuentro con Mirio. ¿Qué tipo de hombre es capaz de hacer eso a una pobre niña inocente? Sin duda, llevo un gran peso del cual no podré deshacerme. Aunque no esté en la residencia, ¿y si desobedezco la orden y voy directamente a la situación? ¿Qué más da? Ni siquiera sé la ubicación de esa guardia y estaría en riesgo de perder mi licencia y ser expulsado de U.A.

Los días que estaban pasando resultaban estresantes para el chico de cabello verde, algo que también preocupaba a sus compañeros durante la hora del almuerzo. Izuku solo jugueteaba con la comida, golpeando levemente el suelo con la suela de su zapato y sin tocar su plato.

Todoroki: ¿No vas a comer?

Izuku: Eh... en este momento -dijo dejando los palillos- no creo.

Iida: ¿Estás bien?

Izuku: Si te refieres a que fui expulsado de mi residencia y además golpeé a un héroe... -suspirando- estoy empezando a cansarme de todo esto.

Todoroki: Desde que comenzaste tu residencia te veo desanimado.

Izuku: Yo también lo siento así...

Iida: Oye, si te sientes mal, habla con nosotros. Después de todo, somos amigos, ¿no?

Izuku: Lo siento... definitivamente merezco un buen golpe por actuar como un idiota... lo siento.

La situación fue observada tanto por la chica castaña, el chico de cabello verde e incluso la chica de cabello naranja a lo lejos. Ellos tenían algo en mente, pero solo sabrían si funcionaría si lo intentaban.

Izuku comenzó a comer lentamente, solo para luego retirarse, pero no sin antes despedirse de sus compañeros.

Izuku: Iida, Todoroki...

Los mencionados voltearon a ver a su compañero.

Izuku: Gracias.

Todoroki: De nada, Midoriya.

Iida: Verás que todo mejorará.

Izuku: Eso espero... eso espero.

Unas horas más tarde, Uraraka, Tsuyu y Kendo fueron a su residencia, llegando a las 4:30 de la tarde.

Nejire: ¡Buenos días, chicas!

Uraraka: Buenos días, Nejire.

Nejire: Puedes llamarme Nejire, no tengo problema con eso. Al fin y al cabo, somos compañeras.

Tsuyu: Siempre tan alegre, Nejire.

El grupo entró al lugar, siendo recibidas por Ryukyu.

Ryukyu: Veo que al fin llegan. -viendo su reloj- Y justo a tiempo como siempre. Ya saben la rutina, vayan a cambiarse y saldremos de patrullaje por un par de horas. ¿Entendido?

Kendo/Uraraka/Tsuyu: ¡Sí!

El grupo de heroínas se fue a cambiarse y luego se reunió con Ryukyu para comenzar la patrulla de la zona, deteniendo asaltantes de poca monta, ayudando a personas perdidas y en accidentes de tránsito.

Kendo: Muy bien, levantaré el auto. Froppy, Uravity, encárguense de sacar a los pasajeros.

Uraraka: ¡Sí!

Kendo levantó el auto con cuidado, mientras Tsuyu derribó la puerta para que Uraraka ayudara a los pasajeros delanteros, que eran dos adultos. Tsuyu usó su lengua para traer al pequeño niño que estaba en la parte trasera.

Quien dijo que no puedes ser un heroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora