ACHLANT [El demonio de mis sueños]

Capitulo 35: "El demonio de mis sueños"

La luz del amanecer se filtraba a través de las ventanas de la biblioteca, bañando los libros y manuscritos con un brillo dorado. Noa y yo yacíamos en el suelo, rodeadas de papeles y textos antiguos. La fatiga de la noche de investigación había cobrado su precio, y sin darnos cuenta, habíamos caído en un profundo sueño.

—Clear, despierta —susurró Noa, sacudiéndome suavemente.

Mis ojos se abrieron lentamente, y la realidad de la biblioteca se desvaneció en la luz del día. Recordé fragmentos de un sueño, una batalla contra la oscuridad, la figura de Henry transformándose en Achlant...

—Noa, ¿tuviste un sueño extraño también? —pregunté, aún desorientada.

—Sí, fue tan vívido... Estábamos luchando contra Achlant, y Henry... —Noa se detuvo, una expresión de confusión cruzando su rostro.

—Henry no es Achlant. Fue solo un sueño, una pesadilla compartida —dije, tratando de convencerme tanto a mí misma como a ella.

Nos levantamos, estirando nuestros músculos adoloridos, y comenzamos a recoger los libros. Fue entonces cuando notamos algo extraño: un libro antiguo abierto en una página que no recordábamos haber consultado. La página mostraba una ilustración de un demonio, y debajo, una advertencia:

"El engaño es la herramienta más poderosa del mal; puede invadir los sueños y sembrar la confusión."

—¿Crees que...? —empezó Noa, pero no necesitaba terminar la pregunta.

—Podría ser una coincidencia, pero después de ese sueño, no estoy segura de nada —respondí.

Decidimos que era mejor ser cautelosas. Si el demonio intentaba confundirnos a través de nuestros sueños, teníamos que estar más alertas que nunca. La lucha contra Achlant no sería fácil, pero ahora sabíamos que debíamos confiar en nuestra intuición y en la realidad que nos rodeaba.

Con una nueva determinación, cerramos el libro y lo devolvimos a su lugar en el estante. La biblioteca ya no era solo un refugio de conocimiento, sino un recordatorio de que la batalla entre la luz y la oscuridad se libraba en todos los frentes, incluso en nuestros sueños.

Y así, con el sol elevándose en el cielo, Noa y yo salimos de la biblioteca, listas para enfrentar el día y cualquier engaño que nos esperara. La verdadera batalla apenas comenzaba.

Muchas gracias queridos lectores gracias ❤