Capítulo 14

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Capítulo 14

Lil tomó una profunda inhalación antes de llamar a la puerta del nuevo apartamento de su hermano en el corazón de Shreveport, esperando pacientemente a que el hombre la abriera.

-¡Lil, por fin te digna a visitarnos! Pasa.

-Gracias, Will. Me hubiera gustado venir antes, pero han sido unos días de locos. Hey, está muy bien este piso. –Cambió de tema al contemplar la amplitud del salón, para su sorpresa, ordenado.

-¿Ya has acabado con esa movida de vampiros?

-Sí, Will. Todo está en orden.

La chica mintió con naturalidad, aunque sintiéndose culpable, y no tardó en imitar a su hermano y sentarse en el sofá negro de la estancia principal, frente al televisor, escuchándolo dar gracias por oír aquello.

-¿No quieres que te enseñe la casa? Tenemos tiempo antes de que haya que ir a recoger a Emily al colegio. Puedes quedarte a cenar con nosotros. Le encantará.

-Claro, me parece genial. Lo de la casa puede esperar, Will. En realidad he venido porque quería hablar contigo sobre algo que no sé cómo abordar.

-¿Ha pasado algo? Sabes que puedes confiar en mí sea lo que sea, Lil. Empieza por el principio.

La morena sonrío agradecida y apretó la mano de su hermano, quien la había agarrado en primer lugar, dispuesta a hablar tras coger fuerzas.

-Will, nunca hemos hablado de esto formalmente, pero sé que lo sabes, sobre todo después de que estuvieras saliendo con Lara. Puedo saber lo que piensan y sienten los seres sobrenaturales, y no tengo idea de por qué.

-Sí, claro que me he dado cuenta, pero nunca te he visto dispuesta a hablar de ello y no he querido presionarte, porque parece que es algo que te hace sufrir. ¿Por qué ahora, Lil? Yo no tengo ningún poder, si eso es lo que te preguntas.

-Es que no es sólo eso. En estos días con los vampiros he descubierto que puedo hacer más cosas. Puedo paralizar, por lo menos a vampiros. Pongo mis manos ante ellos, y al sentir miedo o amenaza es como si los congelara. ¿Por qué yo tengo poderes y tú no si somos familia? ¿Alguna vez viste algo raro en nuestros padres o escuchaste algo, Will? Porque necesito saber qué soy, o me volveré loca.

-No, nunca vi nada raro en nuestros padres. La única rara en ese aspecto de la familia era la abuela Denna, ya sabes. Siempre nos decía cuando éramos pequeños que creyéramos en la magia. –Agregó el hombre con una leve sonrisa cargada de nostalgia.

Lil recordó a su abuela paterna con una punzada de dolor en el pecho. La echaba de menos tanto que era algo inefable, pero las palabras de su hermano le hicieron pensar en aquellos momentos en los que su abuela había demostrado comportamientos extraños. La voz de William la sacó de sus cavilaciones.

-Tú vivías con ella, ¿no te dijo nada? ¿No has visto nada raro en la casa después de empaquetar sus cosas y eso?

-Si te soy sincera, no he tocado nada desde que murió, Will. Tampoco he recogido mis cosas de casa, como me fui tan precipitadamente...

-¿Ese capullo ha vuelto a molestarte? –Preguntó rápidamente el moreno, cambiando su semblante al hablar del ex de su hermana.

-No, la última vez que lo vi fue justo cuando le mandé a la mierda y me largué de Nueva Orleans. Me estuvo llamando durante un par de días, pero enseguida se cansó.

-Mejor para todos. Sabes que puedo ir, o acompañarte a recoger tus cosas y las de la abuela cuando necesites, Lil.

-Gracias, pero creo que es algo que debo afrontar sola, Will. Aunque duela tengo que acostumbrarme a recordarla sin que se me parta el corazón, y recoger la casa puede ser un buen principio. Además, debo hacerlo para investigar sobre si ocultaba algo.

Contigo, sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora